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26/11/2025 A24.com - Nota

CIENCIA
Lo invisible del universo podría estar hablando: la señal que inquieta a los astrofísicos


Durante casi cien años, la materia oscura se mantuvo en un terreno casi inaccesible. Se sabía que estaba ahí por sus efectos, se elaboraron teorías para explicar su influencia en el cosmos y se midieron señales indirectas de su presencia. Pero nunca había aparecido una pista que permitiera observarla de forma directa.
Ese límite pareció empezar a desmoronarse con el reciente trabajo de Tomonori Totani, profesor de la Universidad de Tokio. Tras analizar datos del Telescopio Espacial de Rayos Gamma Fermi, de la NASA, aseguró haber encontrado un patrón energético compatible con lo que predicen los modelos de aniquilación de partículas hipotéticas de materia oscura.
Si se confirma, el hallazgo convertiría décadas de teoría en una observación concreta.
El concepto de materia oscura surgió en los años 30, cuando el astrónomo suizo Fritz Zwicky detectó que algunas galaxias se movían a velocidades imposibles de explicar con la masa visible que contenían. La única salida fue aceptar que debía existir un componente desconocido que aportaba más gravedad.
Desde entonces, los científicos asumieron que apenas el 5% del universo está hecho de materia común. El resto se reparte entre energía oscura (aprox. 68%) y materia oscura (27%), ambas invisibles a los telescopios porque no interactúan con la luz.
Toda la información disponible hasta hoy sobre materia oscura provino de efectos gravitacionales. Nunca se logró captar partículas asociadas a ella porque no emiten, reflejan ni absorben radiación electromagnética.
La hipótesis más explorada durante décadas fue la de las WIMP (partículas masivas de interacción débil). Según los modelos, cuando dos WIMP chocan se destruyen entre sí y liberan fotones de rayos gamma con una energía muy característica.
Eso llevó a buscar esa “firma” luminosa en zonas del universo ricas en materia oscura, como los centros galácticos.
El profesor japonés analizó los registros más recientes del Fermi y dijo haber identificado fotones con energías cercanas a los 20 gigaelectronvoltios, justo en el rango previsto para una aniquilación de WIMP. Además, la distribución espacial dibujaba un halo extendido hacia el centro de la Vía Láctea, tal como calculan los modelos teóricos.
Su estudio sugiere que esas partículas tendrían una masa unas 500 veces mayor que la de un protón, un valor compatible con predicciones previas.
El trabajo, publicado en Journal of Cosmology and Astroparticle Physics, generó un fuerte impacto. “Si esto es correcto, sería la primera vez que la humanidad ‘ve’ materia oscura”, afirmó Totani.
Como ocurre con todo indicio extraordinario, la comunidad científica respondió con entusiasmo moderado. La astronomía está llena de señales que parecieron revolucionarias y luego se diluyeron al examinarse con más precisión.
Totani mismo pidió cautela: sus resultados necesitan ser verificados por equipos independientes y contrastados con observaciones en otras regiones donde debería abundar la materia oscura, especialmente en galaxias enanas cercanas.
En estos objetos, la contaminación de otras fuentes —púlsares, supernovas o radiación de fondo— es mucho menor que en el centro galáctico, lo que permitiría descartar explicaciones alternativas.
El astrofísico Justin Read, de la Universidad de Surrey, sostuvo que la falta de señales equivalentes en galaxias enanas contradice de forma robusta que la detección sea producto de materia oscura. Otros expertos, como el profesor Kinwah Wu de la UCL, pidieron “pruebas extraordinarias” antes de validar una afirmación de tal magnitud.
Aunque el análisis no resuelve el enigma, introduce un elemento nuevo: una posible huella directa de materia oscura. Si futuras observaciones confirman que esta señal corresponde a la aniquilación de WIMP, la física de partículas deberá ampliar el modelo estándar para incluir una nueva familia de partículas, y la cosmología obtendrá una herramienta clave para entender cómo se distribuye la materia en el universo.
Por ahora, el trabajo de Totani se ubica en un terreno intermedio: suficientemente sugestivo como para entusiasmar, pero aún lejos de un consenso científico. Aun así, permite imaginar un escenario inédito: que la humanidad esté a un paso de observar, por primera vez, aquello que compone casi un tercio del cosmos y que, hasta hoy, permaneció oculto en la oscuridad absoluta.


#40530591   Modificada: 26/11/2025 18:52 Cotización de la nota: $319.539
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