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19/11/2025 BaeNegocios.com - Nota

El Monotributo, bajo la lupa: un régimen masivo que anticipa un problema previsional creciente
Laura Caullo y Guadalupe Gutiérrez


El monotributo lleva 27 años operando en Argentina desde su creación en 1998 con la Ley 24.977. P ara millones de pequeños contribuyentes, es la forma más visible de “pagar sus impuestos” y por eso se lo asocia con formalidad y cumplimiento. Sin embargo, detrás de esa percepción se esconde un régimen que aporta mucho menos de lo que la mayoría imagina, especialmente en materia previsional.
El esquema unifica en una cuota mensual fija el pago de IVA y Ganancias, a la que se suman los aportes previsionales y de obra social. Fue concebido como un mecanismo para simplificar el cumplimiento tributario de pequeños comerciantes, profesionales y productores, permitiéndoles r eunir en un solo pago obligaciones impositivas y previsionales, junto con el acceso a cobertura médica.
El componente impositivo se organiza en 11 categorías según ingresos brutos anuales (y en el caso de locaciones o prestaciones de servicios, en 8 tramos). A noviembre de 2025, los montos correspondientes arrancan en $4.183 mensuales para la categoría A y escalan hasta $306.724 mensuales en la categoría H.
Los datos muestran que más del 80% de los inscriptos se concentra en las tres categorías inferiores , con escasas recategorizaciones y poca migración hacia el régimen general (Responsables Inscriptos). Esta dinámica derivó en fenómenos de subdeclaración y permanencia crónica en los tramos bajos, conocidos en la literatura como “enanismo fiscal”, con impacto directo en la base imponible de IVA y Ganancias.
Un régimen que envejece: menos jóvenes y más aportantes en edades clave
Tras casi tres décadas de vigencia, la evidencia muestra que el Monotributo se consolidó como un régimen masivo (más de 2,1 millones de aportantes al SIPA), pero con una intensidad contributiva muy baja.
La estructura de incentivos quedó desalineada y los efectos sobre la sustentabilidad del sistema previsional empiezan a ser evidentes.
En la práctica, el esquema terminó funcionando como una formalidad de bajo costo, accesible y extendida, pero también como una modalidad de aporte reducido , con impactos previsionales que implican un elevado costo fiscal encubierto.
Aporte a la jubilación
En materia previsional, el aporte jubilatorio varía según la categoría. Desde agosto de 2025, va desde $13.663 mensuales en la categoría A hasta $43.129 en la categoría H. Estos montos otorgan derecho a la Prestación Básica Universal (PBU) y permiten computar años de servicio dentro del SIPA. Sin embargo, aun con esta progresividad, están considerablemente por debajo de lo que aportan autónomos y asalariados formales.
Como consecuencia, la mayoría de quienes cotizan bajo este régimen terminan accediendo a la jubilación mínima, profundizando un desacople estructural entre aportes y prestaciones. Para dimensionar la brecha, con los montos de junio de 2025 se requería el aporte de casi 28 monotributistas para financiar una jubilación mínima con bono ($374.724). El aporte promedio es de apenas $13.519.
La magnitud del desajuste contributivo entre regímenes es contundente. Mientras que un trabajador en relación de dependencia aporta en promedio el 11% de su salario y un autónomo alrededor del 5%, un monotributista apenas aporta el 0,9% en términos equivalentes. Esta contribución casi simbólica explica por qué el monotributo genera trayectorias previsionales extremadamente débiles y por qué quienes pasan buena parte de su vida laboral dentro de este esquema no logran acumular aportes suficientes para acceder a una jubilación mayor.


#40046947   Modificada: 19/11/2025 23:23 Cotización de la nota: $384.067
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