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19/11/2025 BaeNegocios.com - Nota

¿Puede la inteligencia artificial desarrollar empatía?
Ignacio Brusco


Seguramente muchos descrean que la empatía sea una de las limitaciones de la inteligencia artificial. Sin embargo, probablemente sea una de las metas para que llegue a la singularidad que se refiere a una hipotética situación futura en la que las máquinas alcancen un nivel de inteligencia que supere la capacidad humana . Para tener empatía es necesaria la metacognición; es decir, reconocer quiénes somos, en lugar y tiempo. Pero aún más preguntas complejas, metafísicas: de dónde venimos, hacia dónde vamos cuando morimos o qué es el universo.
Para entender al otro se requiere metacognición. No podríamos entender la intersubjetividad sin tener conciencia de nuestra subjetividad . Es difícil que la inteligencia artificial no pueda desarrollar esta función en un corto o mediano plazo.
La empatía es una función que permite comprender las relaciones intersubjetivas. Podría parangonarse parcialmente con el altruismo o con la emoción sobre el otro. No obstante, la empatía implica procesos mucho más complejos. Se estudia a través de una función llamada "cognición social", que es la capacidad de entender al otro, a diferencia de la metacognición, que es la capacidad de entenderse a sí mismo.
El homo sapiens, para poder relacionarse con otros congéneres de forma tan compleja, debió generar procesos cognitivos muy desarrollados que habrían ayudado activamente al impacto interpersonal: "entender lo que le pasa al otro". Sería una "metacognición intersubjetiva", llamada también "Teoría de la Mente". Todo lo que está afuera se denomina cooperación flexible, que es una capacidad humana de poder interactuar con nuevos grupos a través de la flexibilidad cognitiva, característica que probablemente haya desarrollado como especie, espuriamente gregaria. Es difícil pensar que la inteligencia artificial no pueda adquirir esta funcionalidad a través de sus propios mecanismos.
Conocer al otro pudo llevar a asociarse, a cooperar y a dejarse copiar; es decir, a ser altruista. O, por lo contrario, evitarlo rompe el lazo social al basarse en otra función primitiva: el egoísmo. Altruismo y egoísmo parecerían ser dos estamentos instintivos, reguladores de lo social, ya observados en animales inferiores.
Cerebro y simbolismo
Para hacerse social, el cerebro no solo debe abstraerse sino que también debe poder comunicar, manejar herramientas y utilizar instancias simbólicas, como dibujos o música que representen cuestiones prácticas o religiosas.
Darse cuenta de lo que le sucede al otro suena como una tarea variable y difícil. Sin embargo, a partir de 1992, año en que Giacomo Rizzolatti describió las neuronas espejo, se comenzaron a explicar diferentes actividades neurológicas que pueden llevar a comprender la actividad de contemplar a otro.
Esta función se describe como "cognición social", que consiste en sentir y luego poder hacer consciente lo que le sucede a otra persona. Las neuronas especulares generan una actividad primitiva sobre lo que se observa, que posiblemente se realiza primero de forma inconsciente y luego se transforma en pensamiento. Los investigadores de la Universidad de Parma estudiaron neuronas del área cortical motora de macacos y notaron que se activaban cuando el primate comía uvas, pero también cuando veía al experimentador hacer una tarea similar, sin que el mono se moviera. Sucede porque en una zona del lóbulo frontal (área premotora) existen células nerviosas planificadoras del movimiento que se activan al ver a otro realizando una actividad similar.
Esta área cerebral es, entonces, parangonable al área del lenguaje motor (área de Broca) en el humano, lo cual trajo varias propuestas al respecto. El lenguaje convertido en diálogo aporta un instrumento de lo social, es un proceso clave y universal del ser humano.
Es un entendimiento social inconsciente , pudiendo a través del mismo desgranar ideas, pensamientos y premisas ocultas, que se contextualizan en la necesidad y el momento de la transmisión. Sirve para establecer tanto acuerdos como desacuerdos y para la transmisión de la cultura, siendo un componente central de la conducta gregaria.
Neuronas espejo
Se comenzó a conjeturar por analogía que en la actividad observada en humanos se puede activar la corteza no solo en el que realiza un acto sino también en el observador. El conocimiento de estas neuronas espejo se ha llegado a comparar con el descubrimiento del ADN y ha puesto en discusión la importancia y la comprensión del concepto de cognición intersubjetiva que se expresa en la teoría de la mente (que es entender lo que le pasa al otro). Pero además, como esta zona se relaciona en el humano con el lenguaje de expresión, se asoció esta área con la posibilidad de entender lo que le sucede al otro, como por ejemplo comprender la pantomima gestual que utiliza un tercero.
Aunque quizá se ha sobredimensionado la acción de las neuronas espejo, hoy nadie niega su existencia en los mamíferos. Roy Mukamel, de la Universidad de California, las ha detectado en el hipocampo (zona que acumula y recupera los recuerdos) y en la zona premotora del ser humano. Esto incluye la posibilidad de que las neuronas motoras se activen cuando se piensa en el movimiento y cuando se contempla a otra persona, pero además explicaría ciertas conductas imitativas que realizamos de forma inconsciente durante un proceso de identificación.
Podríamos incluir la explicación de los procesos de empatía emocional, como los de tacto (cuando se conoce a una persona). Asimismo, podrían ser causa de los procesos de comprensión de lo que siente el otro, como por ejemplo observar un auditorio aburrido y entonces acelerar una clase. También se ha planteado a estas neuronas como fundamentales en la capacidad de las funciones motoras aprendidas complejas (praxias).
Existen estudios muy conocidos en los que los macacos bebés aprendían a imitar a los investigadores sacando la lengua. Basado en esto se desarrollaron programas terapéuticos en los que los pacientes observan a los terapeutas moverse para luego mejorar la recuperación motora a partir de las conductas
No obstante, es cierto que la actividad especular a veces puede ser problemática. Por ejemplo, cuando en algunas actividades deportivas competitivas un especialista observa a un principiante puede padecer disminución de su rendimiento (nuestro sistema imitaría un acto motor de menor capacidad). Es decir, que desde la identificación motora, la imitación o la empatía puede pensarse que estas neuronas especulares nos influyen y determinan muchos patrones afectivos, así como también decisiones motoras futuras.
Que la inteligencia artificial desarrolle empatía es probablemente unos de los aspectos de su llegada a la "singularidad", pues implica inteligencia emocional y presentar afecto por el otro o por si mismo. Aunque también el efecto positivo o incluso negativo podría ser sobre otra inteligencia artificial.


#40046072   Modificada: 19/11/2025 23:03 Cotización de la nota: $384.067
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