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17/11/2025 ElDestapeWeb.com - Nota
Incendio en Ezeiza: especialistas advierten fallas estructurales que potenciaron el desastre El caso Spegazzini desnuda “una cadena completa de fallas, omisiones y oportunidades de mejora” que pueden marcar la diferencia entre un incidente contenido y un desastre de gran escala, remarcaron especialistas de la UTN. El incendio seguido de explosiones que arrasó parte del Parque Industrial de Carlos Spegazzini volvió a exponer las debilidades estructurales en materia de seguridad industrial en zonas fabriles. El siniestro afectó simultáneamente a varias fábricas, depósitos y viviendas cercanas, generó columnas de humo visibles a kilómetros y obligó a evacuar de urgencia a trabajadores y vecinos. Mientras avanzan las pericias técnicas para determinar el origen del fuego, distintos especialistas coinciden en que la escala del evento no se explica solo por el foco inicial, sino por una serie de fallas acumuladas en materia de prevención y control. Entre ellos, los licenciados Pablo Coronel y Alejandro Ruesga, integrantes del equipo de coordinación y docentes de la Licenciatura en Higiene y Seguridad en el Trabajo de la Universidad Tecnológica Nacional de Buenos Aire (UTN-BA), elaboraron un análisis que aporta una lectura profunda sobre lo ocurrido. Para ambos, el caso Spegazzini desnuda “una cadena completa de fallas, omisiones y oportunidades de mejora” que pueden marcar la diferencia entre un incidente contenido y un desastre de gran escala. En su reflexión, Coronel y Ruesga destacan que el siniestro expuso la ausencia o el mal funcionamiento de los sistemas de protección pasiva y activa. La primera incluye elementos como la sectorización, la resistencia estructural, los portones cortafuego y las rutas de evacuación seguras; la segunda comprende la detección temprana, las alarmas, los rociadores automáticos, los hidrantes y la intervención inicial de brigadas industriales. Cuando una de estas capas falla, explican, la magnitud del daño crece exponencialmente; cuando fallan ambas, “el resultado es devastador, como se evidenció en la rápida escalada del evento”. Los expertos de la UTN-BA enfatizan también el rol central de los profesionales de Higiene y Seguridad, no como figuras administrativas, sino como actores preventivos con capacidad técnica y autoridad para gestionar riesgos complejos . En ese sentido Coronel y Ruesga advierten que su presencia no es suficiente sin el compromiso y respaldo de las autoridades empresariales, “responsables de sostener políticas de seguridad sólidas, garantizar el funcionamiento de los sistemas contra incendios y promover planes de emergencia practicables”. En su análisis, los docentes de la Licenciatura en Higiene y Seguridad de la universidad tecnológica advierten sobre la importancia de las inspecciones periódicas, auditorías y verificaciones externas. Estas instancias, subrayan, no deben reducirse a un trámite administrativo: permiten detectar fallas latentes, degradación de equipos, modificaciones no autorizadas y condiciones operativas que —acumuladas en el tiempo— pueden convertirse en el punto de ignición de un siniestro. La experiencia muestra que en muchos eventos industriales las fallas detectadas tras el incendio ya estaban presentes mucho antes del inicio del fuego. Los especialistas de la UTN-BA también ponen el foco en el impacto humano y ambiental que dejó el siniestro. En el plano físico, trabajadores y vecinos estuvieron expuestos a gases tóxicos, radiación térmica y ondas expansivas capaces de provocar quemaduras, intoxicaciones, lesiones respiratorias y daños traumáticos . En el plano psicosocial, Coronel y Ruesga señalan que suelen aparecer estrés agudo, ansiedad, trastornos del sueño, miedo persistente y el trauma que implica perder viviendas o fuentes de trabajo. “Son efectos que, aunque invisibles, perduran mucho más que el fuego y requieren abordajes profesionales y comunitarios”, sostienen. En términos ambientales, el incendio generó emisiones contaminantes, residuos tóxicos, afectación de suelos y cursos de agua, además del arrastre de sustancias peligrosas a través del agua utilizada para la extinción, que puede desplazarse grandes distancias si no se contiene adecuadamente. La reflexión de Coronel y Ruesga también retoma un punto clave: la coordinación entre industrias y los sistemas de emergencia externos . Consideran indispensable realizar simulacros conjuntos, compartir información sensible y fortalecer la articulación con bomberos y defensa civil. Señalan que estos cuerpos no deben ser convocados solo en el momento crítico, donde muchas veces deben operar “a ciegas”, sino integrarse desde la planificación preventiva. Para los especialistas de la UTN, sede Buenos Aires, el incendio de Spegazzini debe convertirse en un punto de inflexión. “La prevención no es opcional ni postergable”, afirman. La seguridad industrial —agregan— es una construcción colectiva que involucra a empresas, profesionales, trabajadores, organismos técnicos y autoridades. Solo un compromiso sostenido con la mejora continua, la inversión y la transparencia puede evitar que tragedias de este tipo vuelvan a repetirse. ( eldestapeweb ) Imagen: eldestapeweb.com
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