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17/11/2025 BaeNegocios.com - Nota
Vivir sin ser vistos: ultraricos que redefinen el lujo con una sola regla BAE Negocios Las luces de Miami Beach caían sobre el sector privado del restaurante MILA cuando Masoud y Stephanie Shojaee entraron sin anuncio ni espera: los aguardaban una mesa servida, sus cócteles preferidos y los palitos de sushi grabados con sus nombres. Una escena cotidiana para un matrimonio acostumbrado a que el mundo se ordene a su medida . Una vida blindada contra lo cotidiano Semanas atrás, en Dubái, el matrimonio aterrizó en su Bombardier Global y caminó directo hacia un Maybach estacionado a pocos metros. En minutos cruzaron la entrada privada del hotel, saltaron la recepción y subieron por un ascensor exclusivo hasta la Royal Suite. Allí, un empleado los registró y les presentó a su mayordomo. "Para mí, el lujo en esta era se define como ahorro de tiempo, eficiencia y servicio ", dijo Masoud Shojaee, de 65 años, al frente de Shoma Group . Este episodio —descripto originalmente por The Wall Street Journal — muestra un ecosistema que funciona como burbuja . Un universo diseñado para que los muy ricos nunca esperen, se mezclen con multitudes ni lidien con contratiempos. Miami como laboratorio de una nueva economía privada Los números muestran la escala del fenómeno: el 0,1% más rico de los hogares estadounidenses pasó de manejar USD 10,7 billones hace una década a USD 23,3 billones este año. Mientras el 50% inferior trepó de USD 900.000 millones a USD 4,2 billones. Esa brecha alimenta una economía paralela donde restaurantes, resorts, clubes y torres de lujo ofrecen servicios diseñados para aislar a sus clientes de cualquier fricción cotidiana . Miami funciona como epicentro. Atrae fortunas del noreste estadounidense, Europa y América Latina, potenciada por la migración pandémica y la llegada de firmas de tecnología y finanzas . "Hubo una explosión de creadores de riqueza", dijo Patrick Dwyer, directivo de NewEdge Wealth . "Ahora tienen suficiente dinero para vivir exactamente como quieren ". Torres con ascensores para autos y piscinas en el cielo En Sunny Isles Beach, el proyecto Bentley Residences lleva esa lógica al extremo. Un ascensor para autos —patentado por el desarrollador Gil Dezer y bautizado "Dezervator"— permite que cada residente llegue a su departamento sin cruzarse con nadie . Las unidades, desde USD 6 millones, incluyen una piscina privada en terraza amplia y un restaurante solo para propietarios, con sillones diseñados para evitar miradas ajenas. Dezer conoce el atractivo del aislamiento. Viajó a Belice en su jet Gulfstream, tomó un helicóptero y aterrizó en un resort isleño con siete villas separadas, cada una con piscina y muelle propio. "Se siente como si tuvieras el lugar para vos solo", contó. Clubes donde todo está curado: comidas, amistades, conversaciones La búsqueda de exclusividad llega también a la vida social . En Faena Rose , club cultural de Miami Beach, los miembros pagan USD 15.000 de ingreso y otros USD 15.000 anuales. Un comité selecciona a cada postulante. Los socios acceden al spa, la playa y un calendario de unos 80 eventos anuales, desde funciones íntimas de danza hasta recitales de la Metropolitan Opera . "Ese nivel de acceso es muy atractivo", dijo Pablo De Ritis, presidente del club. Otra variante son los clubes de cenas privadas. ZZ's Club , donde Dezer es miembro, ofrece un "concierge culinario" capaz de montar un banquete de doce pasos con caviar o recrear un menú de luna de miel con 48 horas de aviso. "Mientras más personalizado y fluido sea el servicio, mejor", definió Jeff Zalaznick, cofundador de Major Food Group, propietaria del lugar. Moda a domicilio y amistades en primera fila Para los Shojaee, las compras también se adaptan a ese mundo. Masoud recibe cada trimestre una valija de NB44 , marca de indumentaria solo para miembros. Stephanie Shojaee, presidenta de Shoma Group y parte del elenco de "The Real Housewives of Miami " , recibe percheros enteros de Valentino o Dior y una costurera para ajustar cada prenda. En septiembre, estuvo sentada en la primera fila del desfile de Schiaparelli en París. Conversó con una mujer de una de las familias más ricas de Mónaco. Una semana después, compartieron una cena en París con sus maridos. "Las conversaciones, por alguna razón, se sienten más seguras y más profundas", explicó Stephanie, de 41 años. "Te rodeás de gente que piensa como vos" . Viajes a medida para quienes pueden pagarlo todo Lauren Beall, dueña de Travel Couture en Miami Beach, arma experiencias para ultrarricos . Reserva islas enteras, lleva chefs con estrellas Michelin y organiza espectáculos privados. Uno de sus productos más codiciados es una suite sobre la tienda Christian Dior en París, que incluye compra after-hours y cena privada en el restaurante Monsieur Dior . En Escocia, gestiona una propiedad con chefs, caballos para recorrer el valle y un helicóptero para visitar pueblos cercanos. "Buscamos ese acceso exclusivo, cosas que otros no pueden conseguir", afirmó Beall. "Tiene un precio enorme".
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