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13/11/2025 Ambito.com - Home

Molinos, otra víctima de la caída del consumo: perdió $37.000 millones
Yanina Otero

En un año que golpeó con fuerza a las empresas de consumo masivo, Molinos Río de la Plata no logró escapar del ajuste. La alimenticia del grupo Pérez Companc cerró los primeros nueve meses del año con una pérdida neta de $37.403 millones , afectada por la caída de las ventas , la retracción del consumo interno y el atraso de precios frente a la inflación.
Los ingresos de actividades ordinarias totalizaron $696.752 millones , una caída del 22% frente a los $892.800 millones del mismo período de 2024 , reflejo del retroceso en volúmenes y del menor ritmo de actualización de precios. Según la empresa, “la caída en la facturación y la rentabilidad estuvo ligada a dos factores principales: una contracción del volumen entregado de 9,7%, asociada a la retracción del consumo, y una caída de precios en términos reales”.
A ese escenario se sumó un aumento de precios muy por debajo del ritmo general: 13,8% nominal en un período en el que el Índice de Precios al Consumidor avanzó 31,8% , lo que redujo los márgenes y volvió a poner en rojo el balance.
Golpe al resultado y ajuste interno
La empresa explicó que el deterioro responde a la recesión del mercado local y a una presión competitiva creciente que obligó a sostener volúmenes con precios rezagados. “ Frente a este entorno, donde se profundiza la presión competitiva, la Sociedad intensificó la gestión y revisión de sus costos operativos y gastos centrales, continuando con la implementación de un estricto programa de control, buscando generar eficiencias y mejoras en todos los procesos ”, sostuvo Molinos en su reseña informativa.
El resultado operativo fue negativo en $21.855 millones , cuando un año atrás había arrojado una ganancia de $3.046 millones . El impacto financiero también pesó: los ingresos y costos financieros netos sumaron un rojo de $62.340 millones , muy por encima de los $10.069 millones de igual período de 2024.
El patrimonio total se redujo casi a la mitad, de $492.745 millones a $232.909 millones , tras las pérdidas acumuladas y el pago de dividendos por $100.000 millones . Los activos también disminuyeron: totalizaron $767.515 millones , con bajas tanto en activos corrientes como no corrientes, reflejo de una estructura más liviana.
Consumo retraído y mercado en transición
El impacto de la recesión fue especialmente visible en los segmentos clave. En alimentos, las ventas alcanzaron 317.733 toneladas , un descenso del 9,4% interanual . En bodegas, la caída fue más pronunciada: de 2,05 millones de cajas a 1,6 millones , tanto por menor demanda local como por una baja en exportaciones.
El flujo de efectivo operativo , que había sido negativo en el primer semestre, mejoró sensiblemente y cerró en $6.130 millones positivos , señal de una administración más prudente del capital de trabajo.
Aun así, el contexto sigue siendo adverso. “El comportamiento de los clientes acompañó el aumento de la tasa de interés real, disminuyendo sensiblemente el stock de mercadería en su poder”, admitió la empresa en su informe. A eso se sumó un mercado que continúa ajustando precios con cautela, mientras la inflación, aunque más baja, erosiona el poder de compra de los hogares.
Entre la recesión y la lenta recomposición
En su análisis de perspectivas, la compañía reconoció que “ actualmente la demanda privada sigue condicionada por la baja liquidez de hogares y empresas, la dolarización de porfolios, el mayor peso del gasto en servicios y tarifas, además del elevado costo financiero, que encarece el crédito y desalienta compras financiadas. La mejora del poder adquisitivo sería gradual y aún insuficiente para recuperar los niveles previos a la recesión . La trayectoria del salario real y del empleo será determinante para sostener una recuperación más homogénea. La recomposición de ingresos alcanzó primero al empleo formal y dejó rezagados a grupos vulnerables como jubilados y pensionados. Con la desinflación, se espera que el salario informal comience a recuperar poder adquisitivo, aunque de manera parcial, y el consumo masivo avance con lentitud”.
Molinos, que opera 11 plantas de alimentos y tres bodegas en el país, es quizás el mejor termómetro del consumo en la Argentina. Con casi un siglo de historia, enfrenta una de las pruebas más duras desde la pandemia: resistir la recesión sin resignar presencia de marca, en un país donde el precio define, cada vez más, el consumo cotidiano .


Imagen: ambito.com - ambito_negocios


#39700066   Modificada: 13/11/2025 23:20 Cotización de la nota: $541.998
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