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13/11/2025 Ambito.com - Home
Expertos advierten sobre el "sedentarismo cognitivo" que genera depender demasiado de la IA Depender en exceso de la Inteligencia Artificial (IA) puede tener consecuencias en nuestras capacidades mentales, advirtió Diego Fernández Slezak , director del Laboratorio de Inteligencia Artificial Aplicada de la UBA . El investigador describe este fenómeno como “sedentarismo cognitivo” , una tendencia a dejar de ejercitar funciones intelectuales básicas al delegar tareas y decisiones cotidianas en sistemas automatizados. Fernández Slezak explica que este concepto, impulsado originalmente por Mariano Sigman y Santiago Bilinkis , refleja cómo ciertas destrezas se deterioran cuando son reemplazadas de manera sistemática por la tecnología . “Cuando una capacidad se delega de forma permanente a una máquina, se oxida. Eso no es necesariamente negativo, pero exige conciencia crítica para decidir qué ceder y qué preservar”, sostiene. Un ejemplo concreto es el uso continuo del GPS . “Confiar siempre en el navegador digital nos lleva a perder la habilidad de orientarnos y de construir mapas mentales propios. Es una capacidad que las nuevas generaciones podrían dejar de desarrollar, aunque se puede evitar si uno elige cuándo usar estas herramientas y cuándo no”, remarca el experto. Impactos cognitivos y emocionales Investigaciones recientes, como un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) , revelaron que los estudiantes que utilizan IA generativa para resolver tareas registran una reducción del 47% en la actividad cerebral , en comparación con aquellos que no la usan. El hallazgo apunta a una disminución del esfuerzo cognitivo y una menor estimulación neuronal. Desde el plano psicológico, el Dr. Cristian Javier Garay , subsecretario de Investigaciones de la Facultad de Psicología de la UBA , señala que los efectos de la IA sobre la mente humana aún están en evaluación. “El fenómeno es reciente, pero ya se observan casos en los que la asistencia digital reemplaza el apoyo humano, lo cual resulta preocupante en contextos de vulnerabilidad emocional”, advierte. El especialista reconoce, sin embargo, que las tecnologías digitales pueden tener un impacto positivo a través de las iniciativas de e-Health , orientadas a la prevención y el tratamiento remoto. Pero advierte que su uso indiscriminado también incrementa riesgos: “El exceso de conexión, la falta de descanso, la exposición a vidas idealizadas y la autoexigencia constante son factores que aumentan la ansiedad, la depresión y los trastornos alimentarios”, detalla. Garay menciona además el peligro del aislamiento social , la desinformación , los errores en las respuestas automatizadas y la vulneración de la privacidad emocional . “Vivimos en un entorno de saturación cognitiva que multiplica el estrés. La clave es aprender a convivir con la tecnología sin perder control sobre ella”, concluye. Cambios en la forma de pensar y aprender Para Fernández Slezak, la llegada de la IA marca un cambio irreversible en la manera en que aprendemos y enseñamos. “La programación, por ejemplo, no es la misma desde hace tres años. La tecnología ya modificó nuestra lógica de aprendizaje y la forma en que razonamos problemas”, afirma. El investigador compara este proceso con el aprendizaje de las tablas de multiplicar: “Aunque todos tenemos calculadoras, saberlas de memoria sigue siendo importante . Son herramientas básicas que sostienen el razonamiento matemático . Con la IA ocurre algo similar: podemos usarla, pero no debemos dejar que piense por nosotros”. En esa línea, insiste en que el cerebro debe mantenerse activo. “Las conexiones neuronales se entrenan como un músculo: si no se ejercitan, se atrofian. Lo que sabíamos sobre la IA hace dos años ya cambió ; estamos viendo en tiempo real cómo transforma nuestra mente y nuestras costumbres” , resume Fernández Slezak. Imagen: ambito.com - ambito_tecnologia
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