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05/11/2025 Clarin.com - Nota
Daniel Canogar: el arte de ensuciarse las manos con basura digital Nicole Giser El artista español Daniel Canogar transforma imágenes del Prado en un flujo visual que desafía la percepción, evocando la fugacidad de la información en la era digital. Pionero en el arte tecnológico, Canogar subraya la importancia de integrar la conciencia ambiental en sus obras mientras desafía la obsolescencia digital. Todo el mundo tiene opiniones sobre la IA, pero poca gente entiende cómo funciona". Daniel Canogar en Fundación Andreani. Cuando el Museo del Prado celebró su bicentenario en 2019, el artista español Daniel Canogar , convocado por la institución, pidió imágenes de todas las obras de la colección y creó un algoritmo que las derretía. Inspirado en la “sociedad líquida” de Zygmunt Bauman , fue así que proyectó por cuatro noches seguidas en la fachada del museo, una catarata dúctil de la historia del arte que podía confundir hasta a un Goya con un Velásquez . Daniel Canogar en Fundación Andreani: "La tecnología ha hecho y hace mucho daño, pero también nos puede ayudar a calibrar el impacto que estamos teniendo los seres humanos sobre el planeta". Algo similar hizo para la Bienal Aurora en 2024 . Proyectó en el Ayuntamiento de Dallas una pieza virtual hipnótica que imitaba al textil en su manera sedosa de caer y estirarse. Lo curioso es que estaba conformada por noticias que eran transmitidas en vivo en ese momento por canales como CNN, Fox News, BBC News, Al Jazeera y Le Monde . Los títulos trazaron un dibujo en movimiento, que avanzaba rápido y volátil y nunca era el mismo . Así, metaforizó sobre el sinfín de información de estos tiempos, los scrolleos interminables que las plataformas le ofrecen al usuario. La “causa de una crisis epistemológica”, sugiere, “de una gravedad y consecuencias sociales y políticas que todavía intentamos entender”. En el marco del programa Presente Continuo , el español llegó a Buenos Aires, ciudad a la cual considera “brutalmente creativa”. Dio una serie de conferencias y workshops en la Fundación Andreani, el CCEBA y la Fundación Cazadores , y dialogó con Ñ sobre sus procesos de trabajo. Desarrolló ideas como la importancia de “ensuciarse las manos con basura digital para reflexionar sobre su impacto desde adentro”. Presente continuo es un programa –organizado por la Fundación Bunge y Born y la Fundación Williams– que se ha consolidado como un espacio de formación, investigación y producción de obras, ideas, descripciones y narrativas, del que participan 24 artistas, pensadores, curadores, investigadores de las ciencias exactas, sociales y humanidades, científicos y tecnólogos de todo el país. Las animacionesde Daniel Canogar trazan un diálogo entre el pasado analógico y el presente digital. Canogar es un artista que ha transitado la producción de su obra acompañando la transformación tecnológica constante de las últimas décadas, sin perder identidad y poesía. Desde el uso de descarte tecnológico, como CDs o cintas de VHS en sus inicios, pasando por el uso de digital, leds y actualmente la IA, su obra permite repasar, desde una mirada crítica y poética, un recorrido por los distintos soportes, formatos y dispositivos que marcaron el paso del analógico al digital. “Hay un problema de indigestión de tanta información que hay para consumir, y una sociedad que no procesa su momento, se enferma, se vuelve psicótica”, arremete. “Creo que el mundo del arte le da la espalda a la basura , es importante que haya artistas que se ensucien las manos, metafóricamente, con los restos tecnológicos. Porque es una forma de responder con conocimiento. Todo el mundo tiene opiniones sobre la IA, pero poca gente entiende cómo funciona . Hay que digerir los cambios que están ocurriendo a nuestro alrededor, pensarlos y acercarlos. A mi me surge la necesidad de hacerlo para entender más una realidad que me aturde y confunde”. Empezó como fotógrafo y se volcó hacia el arte instalativo tecnológico. Realizó obras en espacios públicos diversos, que van de una prisión panóptica en Montevideo a las pantallas LED de Times Square, pasando por bienales e importantes museos del mundo . “Cuando tenía 14 años descubrí el laboratorio fotográfico y sentí algo muy parecido a la magia. La tecnología tiene ese elemento muy misterioso y fascinante, de que una imagen puede aparecer en el papel. Con unos chips y unos cablecitos, consigues algo que cobra vida”, destaca. Daniel Canogar en Fundación Andreani, invitado por Presente Continuo. La lógica del reciclaje y pensar la sociedad a través del residuo digital Por medio de tecnologías obsoletas o desechadas, como cintas de VHS, discos duros, CDs, impresoras y teléfonos antiguos que adquiere en mercados y centros de reciclaje, sus animaciones trazan un diálogo entre el pasado analógico y el presente digital ; que sitúa al objeto de consumo electrónico como depositario de recuerdos para indagar en la memoria y la identidad. “Encontré en el residuo además de un material muy barato, mucho sobre la cultura: está marcada por lo que la gente tira”, subraya. Su serie Small Data fue algo así como un “museo de la obsolescencia tecnológica”, dice, con trabajos escultóricos hechos de controles remotos, pedazos de teclados, calculadoras, más de dos mil DVDs encontrados en la basura o modelos viejos de celulares en vías de extinción . Sobre ellos, proyectó animaciones que les devolvían la vida, mientras sembraban reflexiones sobre cómo, cada vez más rápido, se abandona una tecnología por otra. “La acelerada obsolescencia tecnológica condena a las memorias colectivas encerradas en estas tecnologías, al olvido. Pero sin ellas dejamos de ser quienes somos”. Daniel Canogar: “Creo que el mundo del arte le da la espalda a la basura". Respecto de las implicaciones del arte tecnológico en el medioambiente , subrayó que “hay un trabajo de concientización e ingeniería de tratar de buscar alternativas. La tecnología ha hecho y hace mucho daño, pero también nos puede ayudar a calibrar el impacto que estamos teniendo los seres humanos sobre el planeta . Las obras tecnológicas consumen mucha energía, en ese sentido me deja tranquilo que el 80% de la energía en España es renovable, y ahí es donde más que nada hago obras públicas. Pero me interesa ‘contaminar’ el mundo del arte, esa burbuja artística que a veces yo mismo uso para protegerme del mundo. Porque a veces utilizamos el arte para negociar con la realidad y le damos la espalda a la basura. Deberíamos usarla para ver”.
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