Logo Ejes
04/11/2025 Clarin.com - Nota

Ante una nueva oportunidad para el desarrollo
Federico Poli Economista. Licenciado en Economía y Doctor en Ciencias Económicas (UBA)
Este inesperado y novedoso escenario político y económico abre una ventana de oportunidad para que el Gobierno pueda resetear el programa económico.

Daniel Roldán
Han tenido lugar, en la Argentina, dos cisnes negros favorables al Gobierno, uno político y el otro económico. El cisne negro político, que se dio el domingo 26, con un triunfo electoral impensable, dados los resultados de la elección del 7 de septiembre y la situación económica de una amplia parte de la sociedad, le permite recuperar la iniciativa política y asegurar la gobernabilidad en el Congreso. Pasar a la ofensiva planteando su agenda modernizadora en materia laboral e impositiva.
El cisne negro económico lo constituyó la inédita intervención del Tesoro americano en el mercado cambiario argentino, el anuncio de un swap de U$S 20 mil millones y el “whatever it takes” en boca del propio Bessent, que se sumó al rescate del FMI de abril y el exitoso blanqueo de fines del 2024. La atención que le dispensó la Administración Trump a la Argentina, con el involucramiento del propio Presidente americano y su Secretario del Tesoro, en momentos de tanta convulsión geopolítica, fue un hecho extraordinario.
Este inesperado y novedoso escenario político y económico abre una ventana de oportunidad para que el Gobierno pueda resetear el programa económico que permita encaminar a la Argentina a un sendero de expansión económica y mejora social.
Hasta el momento, la Administración Milei ha logrado una exitosa reducción de la tasa de inflación a niveles razonables, a partir del superávit fiscal, el anclaje cambiario y un bajo nivel de actividad. Una consecuencia no deseada del fortalecimiento de la moneda local fue el desequilibrio externo que se observó durante todo el presente año y que gatilló los rescates del FMI y del Tesoro americano.
En la etapa que se abre, el Gobierno debe pasar a un esquema en el que coloque, junto a niveles de inflación razonables, la expansión económica y el equilibrio externo.
Reservas internacionales, tipo de cambio y sector externo.
Hay un consenso entre analistas y bancos de inversión de la necesidad de que la Argentina cumpla con el programa con el FMI y acumule reservas internacionales para cumplir con los compromisos internacionales, sostener un esquema de flotación cambiaria y reducir el riesgo país. Acumular reservas internacionales en un contexto en el que no se puede incrementar la deuda externa en términos netos implica tener superávit en la cuenta corriente externa (CCE). Dado que el pago de intereses de la deuda y de los dividendos de las empresas multinacionales es fuertemente negativo, para tener una CCE positiva debe cambiar fuertemente de signo la cuenta comercial de bienes y servicios, en particular la cuenta turismo.
El resultado de la cuenta comercial depende básicamente de dos variables: el tipo de cambio real (TCR), con el que correlaciona positivamente, y el nivel de actividad, con el que correlaciona negativamente. Si se incrementa el TCR, tienden a disminuir las importaciones y a incrementarse las exportaciones; en tanto, si crece la economía, tienden a crecer las importaciones y, por ende, afectar negativamente la cuenta comercial.
Por su parte, la demanda de dólares para atesoramiento depende positivamente de las expectativas de devaluación y negativamente de la tasa de interés de activos en pesos. Por eso, cuando se tensiona el escenario por la ocurrencia de un evento que puede implicar cambios económicos, como fue el caso de la elección, con un tipo de cambio que se espera se deprecie, se precisa elevar la tasa de interés a niveles incompatibles con la actividad económica. Tipo de cambio real y tasa de interés se relacionan de modo inversamente proporcional.
El reseteo económico: sector transable, inversiones y empleo.
Es el momento adecuado para que el Gobierno proceda al reseteo del programa económico por: (a) la actitud del Presidente y sus funcionarios favorable a realizar las alianzas necesarias para tener gobernabilidad y avanzar en las reformas imprescindibles, (b) el respaldo económico del Tesoro de los EEUU actuando de prestamista de última instancia, (c) la instalación, en la opinión pública, por parte del Presidente, de la importancia del equilibrio fiscal, (d) los importantes avances en materia de desregulación que permitieron el incremento de la competencia y la desburocratización y (e) el bajo traspaso a precios de la depreciación del peso que se observó este año producto de la baja de la inflación conseguida.
Es el momento de ir a un esquema de flotación cambiaria que implicará un TCR más elevado, que permitirá acumular reservas, a partir de una mejora de la CCE (más exportaciones y menos importaciones). Ese TCR más elevado posibilitará una tasa de interés más baja, por la desaparición de la expectativa de devaluación y caída del riesgo país, que empujará el crecimiento de la economía real, a través de la retomada del crédito para capital de trabajo y bienes de consumo durables.
El impulso a los sectores transables (exportaciones y sustitutos de importaciones) y a la inversión generará empleos de calidad y mejoras de los ingresos. Con este modelo en marcha, avanzar en las reformas estructurales, que bajen el costo argentino y liberen la contratación de mano de obra, pavimentará el camino para el despliegue de las fuerzas productivas.
A partir de nuestra tradición manufacturera y de nuestro campo, la industria del conocimiento, sumado al potencial enorme que se empezó a desplegar en materia de energía y minería, que traccionará un tejido de PYMES proveedoras de calidad mundial, podemos pensar en una Argentina en desarrollo que deje atrás la decadencia en la que se encuentra hace más de una década.


#38325142   Modificada: 04/11/2025 19:17 Cotización de la nota: $2.070.394
Audiencia: 1.022.580



Acceda a la nota web del medio