|
03/11/2025 Clarin.com - Nota
Delfina, tiempos de amor y de guerra Luis Vinker Los orígenes de Delfina (María Delfina Menchaca, o Delfina Maturrango) se pierden en la leyenda... Delfina, "La chamarrita entrerriana", personaje que aparece en el canto de Antonio Tarragó Ros. El caudillo entrerriano Francisco Ramírez la conoció en 1818, después de batir a las tropas portuguesas. Los orígenes de Delfina (María Delfina Menchaca, o Delfina Maturrango) se pierden en la leyenda: podía ser hija de un noble portugués afincado en Brasil, o porteña , o simplemente una de las tantas mujeres que acompañaban a las tropas en guerra, que era lo único que existía por esa época. Pancho Ramírez la descubrió en el campamento de prisioneros que cuidaban sus propias tropas y fue una pasión que recién iba a concluir tres años más tarde, cuando otra partida de enemigos –en este caso, internos- lo mató a él en un paraje cordobés. El nombre de Delfina es hasta hoy un símbolo entrerriano, prolongado en escuelas, plazas, calles o puentes, en un poema de Lugones , en canciones populares o en múltiples biografías. Pero la leyenda surgió aquella misma noche, como describe la escritora María Esther de Miguel en su capítulo de Historia de Caudillos Argentinos: “Descubrieron en la mirada oscura de la mujer, la turbulencia del mar y el tumulto del río cuando trae sus aguas crecidas: signos que hacen enloquecer a los hombres y los abalanzan hacia la perdición”. Pancho Ramírez, quien también venía de una familia de alta posición, dejó a su prometida Norberta Calvento, quien se encerró en su casa de Concepción del Uruguay para no volver a salir nunca más (murió a sus 80 años…). Ramírez se había iniciado junto a Artigas en las batallas libertadoras. Luego se distanciaron. En lo que fueron los primeros capítulos de nuestra primera gran grieta (unitarios vs. federales), Ramírez se alió al caudillo santafesino Estanislao López, vencieron a las tropas de Buenos Aires en la batalla de Cepeda y luego entraron con sus ejércitos a la ciudad, colocando a Sarratea como jefe y firmando el Tratado de Pilar. Ramírez se proclamó el “jefe supremo” de su propia República, Entre Ríos, que también abarcaba los actuales territorios de Corrientes y Misiones. La Delfina estuvo junto a Ramírez en cada campaña y en cada combate. Porque una vez firmado aquel Tratado, los aliados cambiaron: Santa Fe y Buenos Aires, junto a Córdoba (con su caudillo Bustos) firmaron el Pacto de Benegas y pusieron en la mira a Ramírez. Tanto, que lo terminaron cercando en Río Seco, al norte de Córdoba. Los primeros cronistas de la historia argentina como Mitre y Vicente López describieron la muerte de Ramírez: acompañado por seis soldados, y con su mujer cerca, fueron alcanzado por una partida enemiga. Era el 10 de julio de 1821. Ramírez volvió sobre sus pasos para defender a La Delfina y lo mataron. Y aún más: lo decapitaron para entregarle a Estanislao López esa cabeza como ofrenda . Delfina pudo huir y regresar, finalmente, a Concepción del Uruguay donde murió en 1839. “Galopando va Ramírez /en su caballo estrellero / Lo envuelve un aire de angustia / Esa tarde en que el lucero / Se va apagando en su vida /de caudillo y de guerrero”, cantó Falú. “Es la Delfina cantando, se hizo canto y va volando ”, cantó Tarragó Ros.
Acceda a la nota web del medio ![]() |
||



