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30/10/2025 Clarin.com - Nota
El desafío de Milei: todos adentro menos los K Ignacio Miri El oficialismo está frente a la oportunidad de hacer un cambio importante en el sistema político. Javier Milei encabezó la semana pasada el cierre de campaña de La Libertad Avanza en Rosario. El domingo, en su discurso luego del triunfo electoral, Javier Milei lo dijo con bastante claridad . El Presidente convocó a “decenas de diputados” a una negociación para buscar “acuerdos básicos”. Le hablaba, según él mismo dijo, a los oficialismos provinciales no kirchneristas, “que son actores racionales, pro capitalistas” . Ese recorte terminó dejando afuera de la reunión de ayer sólo a cuatro gobernadores del kirchnerismo duro: Axel Kicillof, Gildo Insfrán, Ricardo Quintela y Gustavo Melella. Milei llamó a los otros veinte gobernadores -y también a Mauricio Macri- para conseguir los votos que necesita para aprobar, en principio, el Presupuesto 2026, la reforma laboral y la reforma tributaria. Pero, si se mira la cuestión con alguna perspectiva, lo que hizo Milei puede ser el germen de un sistema político distinto , que deje afuera al kirchnerismo, la fuerza que explicó la historia argentina de los últimos 22 años y que, por lo que surge de las declaraciones de sus dirigentes principales en los últimos años, prefiere verse a sí mismo como un espacio radicalmente diferente de los convocados por Milei . No hay información que indique que Milei está pensando en eso, sobre todo porque una tarea así requiere dosis titánicas de paciencia, tolerancia y generosidad, pero si lo hace conseguirá un verdadero cambio , y no una más de las modificaciones irrelevantes e invisibles que el propio Presidente considera en sus discursos como las “10.000 reformas estructurales” que hizo desde que llegó al Gobierno. Hay varias condiciones que tendrán que concurrir para que ese nuevo sistema político funcione. La primera es que La Libertad Avanza permita la competencia dentro de ese paisaje , que, por llamarlo de alguna manera poco seductora, podría considerarse como un “sistema político del orden macroeconómico” . Como ejemplo de esa cuestión hay que considerar la declaración de Mauricio Macri, que avisó que en 2027 habrá un candidato presidencial del PRO. Por eso, para que esa nueva construcción se vuelva posible, quien convoque tiene que ser creíble en su invitación a nuevos participantes . La tarjeta tiene que decir algo así como “Lo invito a participar de una fiesta en la que usted puede ser el ganador y yo mismo puedo perder” . Ese sistema político puede funcionar como una coalición con competencia interna -para eso puede servir el regreso de las PASO luego de la suspensión de este año- o como partidos distintos que se enfrenten en elecciones generales. La otra condición es que las fronteras para el ingreso de actores al sistema sean flexibles . Algo de eso sucedió esta semana, cuando el pampeano Sergio Ziliotto -uno de los peronistas opositores que ganó en su distrito- avisó que no había sido invitado a la reunión de gobernadores y al rato recibió el llamado. Eso implica, por supuesto, la apertura a otros actores del kirchnerismo que quieran abrazar la premisa del orden fiscal . Además, Milei tendrá que considerar el peso de los jugadores que queden fuera del sistema, pero que, por supuesto, seguirán participando de las elecciones . Si la parte del kirchnerismo -o del partido que sea- que no considera prioritario el orden macroeconómico conserva un 30 por ciento de las preferencias de los ciudadanos , el subsistema de la macro ordenada se vuelve muy vulnerable, porque un desempeño económico mediocre o malo de un gobierno puede hacer crecer ese porcentaje y darle a la victoria a un sector político que no está de acuerdo con poner el orden macroeconómico como prioridad. Por último, un sistema de esa clase funciona sólo si tiene pocas consignas fundamentales , o incluso una sola. Cada propuesta que se agregue a la del orden macroeconómico dejará afuera a algún sector y eso forzosamente le quita estabilidad al sistema. Ese plan tiene una enorme ventaja y una desventaja. La primera es que reduce la volatilidad financiera que se agrava en cada elección en la que surge la posibilidad de que ganen sectores que no consideran importante el orden macroeconómico . La segunda es que los candidatos del sistema ya no podrán usar ese temor como parte de su campaña electoral.
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