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29/10/2025 BaeNegocios.com - Nota

Masacre en Río y una disputa política que crece sobre los muertos
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En las favelas de Penha y Alemão las escuelas siguen cerradas y los comercios abren a medias. Los vecinos buscan a sus desaparecidos mientras las patrullas circulan con las luces apagadas. Algunos cuerpos siguen sin identificar.
María Sampaio , quien llegó al complejo de Penha poco después de las 9 con la intención de asistir a los heridos, se encontró con un panorama desolador : ya no había nadie a quién ayudar. Solo muertos .
La magnitud del operativo , que se cobró más de 120 vidas , reavivó una disputa que atraviesa a Brasil desde hace años : hasta dónde puede llegar la fuerza del Estado en la lucha contra el crimen organizado . La disputa política avanza sobre los cuerpos en descomposición, un olor que se mezcla con la tierra revuelta y el plástico quemado, mientras las madres corren con fotos en la mano tras el desastre que siguió al operativo policial del martes, ordenado por el gobierno local contra el Comando Vermelho, una de las bandas criminales más poderosas de Brasil y la más poderosa de Río .
La jornada más sangrienta
El martes, 2.500 agentes de las policías Civil y Militar irrumpieron en los complejos de Penha y Alemão , dos de las mayores favelas de la zona norte. Buscaban frenar la expansión del Comando Vermelho, un grupo nacido en las cárceles de Río en 1979 y dedicado al tráfico de drogas, armas y transporte ilegal .
El enfrentamiento duró horas . Los vecinos contaron que los criminales respondieron con fusiles y lanzaron granadas desde drones . Al día siguiente, las calles estaban cubiertas de cuerpos. Frente a la guardería de Vila Cruzeiro, el abuelo de Jean Alex Santos Campos, “Café”, de 17 años, esperaba la llegada del forense. “Era músico, jugaba al fútbol... pero acá uno pierde dos veces: cuando el chico ya no te escucha, y cuando muere”, dijo.
Las autoridades informaron un saldo inicial de 64 muertos —cuatro de ellos policías— y 81 detenidos . Sin embargo, el recuento de las autoridades se vio desbordado por la realidad en el terreno. Los vecinos hallaron más de 50 cuerpos adicionales durante la madrugada . Los alinearon frente a la plaza São Lucas , cubiertos con lonas, mientras gritaban “¡asesinos, asesinos!” ante la llegada de la prensa. La cifra total superó así las 120 víctimas , combinando los reportes oficiales y los hallazgos vecinales.
Una grieta que vuelve a abrirse
El gobernador Cláudio Castro , del Partido Liberal —la fuerza del expresidente Jair Bolsonaro—, defendió la redada como “una respuesta firme ante el avance del narcotráfico” . Desde Brasilia , el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Ricardo Lewandowski , respondió con una advertencia: si el estado “no tiene condiciones” para controlar el crimen, “debe tirar la toalla” y solicitar una intervención federal .
“Si el gobernador no logra enfrentar el delito, será tragado por el crimen organizado”, afirmó. También condenó la “fuerza bruta” del operativo y expresó condolencias a las familias de los policías y de los “inocentes que perecieron”.
Las palabras abrieron un nuevo frente político. Desde la oposición, los sectores bolsonaristas acusaron al Gobierno de Lula de “debilitar” el respaldo a las fuerzas de seguridad . Desde el progresismo y los organismos de derechos humanos, en cambio, reclamaron una intervención federal y el fin de las operaciones letales.
La crisis estalló, además, en vísperas de los eventos internacionales relacionados con la COP30, que tendrán a Río como una de las sedes de actividades paralelas. En las calles aún marcadas por la pólvora, el país que busca mostrarse ante el mundo como líder ambiental vuelve a exhibir su fractura más persistente: la violencia estatal en los márgenes de la ciudad .
Entre el miedo y el silencio
En Penha, las familias siguen recorriendo los cerros en busca de desaparecidos . Las sirenas suenan lejos, como si la ciudad evitara mirarse. En los muros, las siglas del Comando Vermelho permanecen pintadas; en la plaza São Lucas, las velas se apagan con el viento.
El operativo, presentado como una victoria por el gobierno estadual , dejó una escena que Brasil no logra cerrar: cuerpos en descomposición bajo el sol y una pregunta que vuelve cada vez que hay sangre en las favelas. ¿Hasta dónde puede llegar el Estado sin parecerse a aquello que dice combatir?


#37674676   Modificada: 29/10/2025 17:43 Cotización de la nota: $375.432
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