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29/10/2025 BaeNegocios.com - Nota
Entre la derrota y la reforma laboral la CGT busca su estrategia con liderazgo Luis Autalan El movimiento obrero inicia jornadas clave. Tras el shock electoral que fortaleció al oficialismo, la CGT comenzará a debatir el rumbo político y sindical de cara al segundo tramo de gestión de Javier Milei. El resultado de las urnas descolocó a buena parte de la dirigencia gremial, que esperaba un retroceso libertario después del 7 de septiembre. En cambio, el Gobierno salió reforzado y busca aprovechar ese impulso para rediseñar las relaciones de poder en el mundo del trabajo. El primer encuentro del nuevo ciclo se realizará este jueves en la sede de la UOCRA. La convocatoria se perfila como una Mesa Chica Ampliada, donde confluirán representantes de los sectores internos, en un llamado a sostener la unidad en medio de tensiones por los nombres que suenan para suceder al actual triunvirato. “Vamos a hablar más de lo que viene. Lo del domingo nos sorprendió a todos y ahora tenemos que reacomodarnos”, señaló uno de los dirigentes que participará del encuentro. La frase sintetiza el ánimo que domina por estas horas: preocupación por el escenario político, necesidad de redefinir estrategias y una pregunta de fondo sobre el rol de la central obrera frente a la nueva etapa. “Para no volver, a caer” La convocatoria incluye la invitación a la UTEP, el gremio que agrupa a las organizaciones sociales y que desde hace tiempo reclama un lugar formal en Azopardo. En ese marco, volverán a plantearse dos posturas históricas dentro del sindicalismo: quienes apuestan al diálogo institucional con el Gobierno y los que impulsan una línea de confrontación sostenida. “El diálogo es el único camino. Caso contrario van a hacer la reforma laboral sin nosotros”, argumentan los primeros. Desde el otro sector responden: “¿Dialogar para qué? el Gobierno porque no toma nada". La diferencia de criterios se proyecta, además, sobre la participación de la CGT en el Consejo de Mayo, espacio al que algunos apuntan como herramienta de legitimación política del Ejecutivo. La semana que viene emergerán los nombres que conducirán a la CGT durante los próximos cuatro años. Pero también podría delinearse un nuevo frente de articulación social con la UTEP, destinado a fortalecer la resistencia sindical y callejera frente a las reformas estructurales libertarias. “Yo te avisé” En los días previos al debate, Gerardo Martínez (UOCRA) volvió a marcar la posición cegetista frente a la reforma laboral. “La pobreza no es un fenómeno natural, por eso existen el salario, los derechos fundamentales del trabajo y la justicia social”, sostuvo el dirigente, al cuestionar el proyecto oficial que, según dijo, “ratifica el Decreto 70/23 en su capítulo laboral, una medida inconsulta y judicializada con éxito por la CGT ”. Martínez, que forma parte del Consejo de Mayo, enfatizó que la central obrera “rechazó en cada reunión cualquier intento de reforma inspirada en ese decreto”, y señaló que “el Gobierno pretende imponer un nuevo orden bajo la excusa de la modernización, pero lo que propone es una reedición de políticas que sólo aumentaron la desigualdad y la precarización”. “El sindicalismo argentino es la voz organizada de la demanda —remarcó—, una voz que defiende los derechos fundamentales del trabajo.” “Todo este tiempo vivido me sirve de ejemplo” El titular de la UOCRA advirtió que “la ausencia de un modelo económico que contemple el crecimiento sostenido y el empleo formal retrasa toda posibilidad de progreso y priva a miles de argentinos de un trabajo digno”. Para Martínez, “ningún país crece empobreciendo a sus trabajadores”, y cada vez que se intentó avanzar contra los derechos laborales, “el resultado fue más precariedad, desigualdad y exclusión”. El dirigente también defendió la vigencia del artículo 14 bis de la Constitución Nacional, y convocó a reconstruir un pacto productivo que coloque nuevamente al trabajo en el centro de la vida económica y social. En ese sentido, sostuvo que “el problema no son las regulaciones laborales, sino la falta de una política económica que brinde condiciones reales de inversión productiva y rentabilidad sostenible”. Rechazó, además, la idea de que los derechos laborales integren el denominado “costo argentino”: “Ese costo proviene del mal manejo de la política económica, tributaria y cambiaria. El salario no tiene incidencia en ese problema. El libre ejercicio de la negociación colectiva es la llave maestra para lograr desarrollo equilibrado y con justicia social”. Desde el núcleo dialoguista y dominante de la central resaltan que “la seguridad jurídica que el Gobierno reclama para las empresas desaparece cuando los destinatarios son los trabajadores” . Por eso tanto en los dichos del titular del gremio de la Construcción como en el núcleo dialoguista consideran menester “avanzar hacia un pacto productivo que articule políticas activas para generar valor agregado, promover la capacitación laboral y formalizar el empleo informal”. “Mientras miro las nuevas olas” El congreso cegetista previsto para el 5 de noviembre, donde se renovará la conducción, aparece como el punto de inflexión de este proceso. Allí podría definirse no solo el futuro del triunvirato, sino también la orientación política y estratégica del sindicalismo en un escenario signado por la recesión, la pérdida de empleo y la ofensiva sobre los convenios colectivos. En ese horizonte, el debate sobre la unidad vuelve a ocupar el centro de la escena. Para algunos dirigentes, la incorporación de la UTEP puede significar el primer paso hacia un frente social ampliado, con capacidad de articular a los sindicatos formales con los movimientos de trabajadores informales y cooperativos. Para otros, ese camino implica riesgos de fragmentación o pérdida de autonomía en la negociación con el Gobierno . Más allá de las diferencias, la CGT enfrenta el desafío de recomponer su representatividad en un mundo del trabajo profundamente transformado, donde conviven empleo formal, precarización, desocupación y pluriempleo. El intento del Ejecutivo por imponer una reforma laboral bajo el argumento de la modernización se cruza con la necesidad sindical de defender derechos sin aislarse del diálogo político.
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