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Un innovador tratamiento experimental permite que niños con sordera recuperen la audición Una terapia génica en fase de investigación demostró eficacia al restaurar la sensibilidad auditiva en menores con pérdida profunda vinculada a variantes genéticas, según resultados de un estudio El tratamiento DB-OTO fue desarrollado por Regeneron y se administró a niños de entre 10 meses y 16 años de edad (Imagen Ilustrativa Infobae) El avance de una terapia génica ha permitido que niños con sordera vuelvan a oír susurros y otros sonidos. De los 12 participantes de un ensayo, 11 mostraron mejoras auditivas clínicamente significativas tras el tratamiento, y tres alcanzaron niveles de audición normales. Este resultado, obtenido con un tratamiento experimental llamado DB-OTO, representa un cambio radical en el abordaje de esta condición. Cabe aclarar que el tratamiento aún está bajo investigación clínica: su eficacia y seguridad no han sido evaluadas por autoridades regulatorias. La investigación, cuyos resultados se publicaron en The New England Journal of Medicine y se presentaron en la conferencia anual de la Academia Estadounidense de Otorrinolaringología-Cirugía de Cabeza y Cuello, se centró en pacientes pediátricos con pérdida auditiva profunda causada por variantes del gen otoferlina (OTOF). El ensayo clínico fundamental, denominado CHORD, incluyó a 12 participantes de entre 10 meses y 16 años, quienes recibieron una única administración de DB-OTO mediante infusión intracoclear. Nueve de ellos recibieron la terapia en un solo oído y tres en ambos. Nueve participantes lograron un umbral de audición igual o inferior a 70 decibelios a las 24 semanas, lo que significa una mejora clínica relevante ya que habilita la percepción acústica natural y la posibilidad de prescindir de un implante coclear en la vida diaria (Imagen Ilustrativa Infobae) El procedimiento quirúrgico empleado para administrar DB-OTO se asemeja al de la implantación coclear, lo que facilita su aplicación incluso en bebés pequeños. Tanto la intervención como el tratamiento fueron bien tolerados por los 12 participantes, sin que se reportaran efectos adversos relacionados con DB-OTO. Dos niños experimentaron eventos adversos graves. Además, algunos presentaron síntomas vestibulares transitorios, como nistagmo, náuseas, mareos o vómitos, que se resolvieron completamente. En total, se trataron 15 pacientes, de los cuales 14 evidenciaron mejoría. La respuesta auditiva se manifestó en cuestión de semanas, y el ensayo cumplió con su criterio de valoración principal: nueve participantes lograron mejoras auditivas con un umbral de ≤70 decibelios de nivel de audición (dBHL), medido mediante audiometría de tonos puros conductual (PTA) a las 24 semanas. Este umbral se considera clínicamente relevante, ya que permite una audición acústica natural y suele excluir la necesidad de un implante coclear, siempre según los autores. En el seguimiento a largo plazo, ocho niños mantuvieron o aumentaron su capacidad auditiva durante al menos 36 semanas y, en varios casos, hasta las 72 semanas de observación, lo que refuerza el potencial de estabilidad de la mejoría conseguida (Imagen Ilustrativa Infobae) En particular, seis niños pudieron oír el habla suave sin dispositivos de asistencia, y tres fueron capaces de detectar susurros, lo que equivale a una sensibilidad auditiva normal. Un participante que no alcanzó el criterio principal de PTA a las 24 semanas mejoró posteriormente hasta lograr una sensibilidad auditiva “casi normal” a las 48 semanas. Además, nueve participantes demostraron una respuesta auditiva del tronco encefálico (ABR) a ≤90 decibelios, cumpliendo así con el criterio secundario clave del estudio. El seguimiento a largo plazo mostró que ocho participantes mantuvieron o continuaron mejorando su audición durante al menos 36 semanas, llegando en algunos casos hasta las 72 semanas. En cuanto al desarrollo del habla, los tres niños que completaron evaluaciones tras al menos 48 semanas de seguimiento evidenciaron mejoras significativas. Uno de ellos logró identificar palabras de una y dos sílabas sin apoyo visual y responder tanto a sonidos distantes como al habla en ambientes ruidosos, lo que supone un avance notable en su integración comunicativa. El éxito obtenido en este ensayo clínico abre nuevas puertas terapéuticas para niños con sordera genética (Imagen Ilustrativa Infobae) La base genética de la pérdida auditiva tratada en este ensayo radica en la sinaptopatía auditiva asociada a la OTOF, que, según han citado los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), se debe a una transmisión sináptica defectuosa entre las células ciliadas internas cocleares y el nervio auditivo, a pesar de que las células ciliadas funcionan normalmente. Hasta la fecha, esta forma de sordera se consideraba permanente, lo que motivó a numerosos especialistas a dedicar sus carreras a la búsqueda de soluciones. Lawrence R. Lustig, presidente del Departamento de Otorrinolaringología-Cirugía de Cabeza y Cuello del Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia y uno de los investigadores del ensayo, destacó en la presentación de los resultados que “este conjunto de datos de registro muestra respuestas consistentes, rápidas y robustas al DB-OTO, y en aquellos con seguimiento posterior, hemos observado estabilidad auditiva, así como una mejora continua en la comprensión del habla. Estos resultados son aún más conmovedores cuando los ven las familias; como dijo uno de los padres, su situación ahora es inimaginable en comparación con la de hace un año. Esto realmente representa una nueva era en el tratamiento de la pérdida auditiva”. El tratamiento DB-OTO fue desarrollado por Regeneron. En la mayoría de los casos, la mejoría auditiva obtenida con DB-OTO ha sido suficiente para evitar la necesidad de un implante coclear, que hasta ahora constituía el tratamiento habitual, aunque sin lograr una recuperación completa de la percepción sensorial. Los resultados de este ensayo abren la puerta a nuevas posibilidades terapéuticas para niños afectados por esta forma de sordera genética, con la expectativa de que la terapia génica pueda transformar radicalmente su calidad de vida. El ensayo CHORD busca evaluar la eficacia de DB-OTO y recluta niños de España, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos.
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