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28/10/2025 Ambito.com - Home

El punto de inflexión digital: liderar con propósito en la era de la inteligencia ampliada
Mariano Ragognetti

Vivimos un momento bisagra. La tecnología avanza a una velocidad sin precedentes, y su adopción masiva redefine la manera en que las organizaciones crean valor, gestionan riesgos y toman decisiones. Sin embargo, entre la promesa y la realidad de la transformación digital hay un punto crítico: la capacidad de las empresas para escalar sus iniciativas, especialmente en inteligencia artificial, sin perder de vista la confianza, la gobernanza y el propósito.
El Kyndryl Readiness Report, una investigación recién publicada desarrollada en base a entrevistas realizadas a 3700 CEOs y presidentes de empresas de 21 países, revela que muchas compañías se encuentran atrapadas entre la experimentación y la adopción de la IA. El entusiasmo por las nuevas tecnologías suele traducirse en múltiples proyectos piloto que no logran escalar a nivel corporativo. La inversión en IA crece —un 33% más que el año pasado— pero casi la mitad de las organizaciones no logra demostrar resultados concretos. Lo más preocupante es que el 62% de los líderes reconoce que sus empresas están estancadas en un lugar donde las ideas se prueban pero no escalan.
Esto ocurre cuando las organizaciones no cuentan con una arquitectura de datos sólida, con procesos de gobernanza y con una infraestructura capaz de sostener la complejidad de estos nuevos modelos. Escalar no significa solo replicar, sino integrar. Y esa integración requiere estrategia, inversión y visión compartida: según los hallazgos del Readiness Report, el 48% de los líderes afirma que la cultura de su compañía sofoca la innovación, y el 45%, que la toma de decisiones es demasiado lenta.
centro de datos - inteligencia artificial
El 62% de los líderes reconoce que sus empresas están estancadas en un lugar donde las ideas se prueban pero no escalan.
La calidad de los datos y su correcta administración se vuelven, en este contexto, un activo crítico. La IA aprende tanto de la información que recibe como de la manera en que se la gestiona. Por eso, pensar dónde y cómo almacenar los datos ya no es un asunto técnico, sino una decisión de negocio. Las organizaciones necesitan asegurar entornos de datos resilientes, trazables y auditables, donde la información circule con seguridad y pueda ser aprovechada para generar conocimiento, no incertidumbre. La infraestructura de TI, en consecuencia, debe ser flexible, segura y escalable.
Actualizar los cimientos tecnológicos no es reemplazar lo existente, sino construir una base moderna que reduzca riesgos y habilite la innovación. Hoy, la infraestructura híbrida —que combina nube, on-premise y edge computing — permite equilibrar rendimiento, seguridad y costos. Pero su valor real emerge cuando se integra con procesos automatizados, herramientas de observabilidad y políticas de ciberseguridad desde el diseño. En un entorno donde cada decisión tecnológica impacta en la continuidad del negocio, la resiliencia no es una ventaja competitiva: es una condición de supervivencia.
El otro gran eje de transformación es el humano. A medida que los agentes de IA comienzan a asumir tareas complejas y a colaborar con los equipos, el trabajo se redefine. No se trata de reemplazo, sino de alianza. La combinación entre inteligencia humana y artificial puede potenciar la creatividad, la eficiencia y la capacidad de respuesta de las organizaciones . Pero para lograrlo, se requiere invertir en el reentrenamiento de la fuerza laboral: desarrollar nuevas habilidades, fomentar la curiosidad digital y promover la adaptabilidad como valor cultural . Como señala el People Readiness Report de Kyndryl, aunque el 95% de las empresas están implementando IA en sus operaciones globales, el 71% de los líderes empresariales afirma que sus fuerzas laborales no están preparadas para aprovechar plenamente sus beneficios. En este contexto, las empresas que logren acompañar a sus personas en este proceso, serán las que capitalicen el verdadero potencial del cambio.
Finalmente, todo proceso de transformación necesita dirección y consenso. Las compañías enfrentan decisiones cada vez más complejas sobre inversión, seguridad, talento y sostenibilidad. Definir prioridades compartidas entre tecnología, negocio y liderazgo es lo que permite avanzar con agilidad y coherencia. No se trata solo de ejecutar rápido, sino de decidir bien. En un entorno donde la incertidumbre es la nueva constante, las organizaciones preparadas para dialogar, coordinar y aprender en tiempo real serán las que logren convertir el cambio en oportunidad.
Estamos, sin dudas, al borde de una nueva etapa. La tecnología seguirá acelerando, pero el verdadero diferencial estará en la capacidad humana para gobernarla, escalarla y usarla con propósito . La transformación no termina: se renueva cada día. Y en ese proceso, combinar visión estratégica, infraestructura moderna y talento preparado será lo que distinga a las organizaciones listas para liderar el futuro.
Gerente general de Kyndryl Argentina, Uruguay y Chile


Imagen: ambito.com - ambito_opiniones


#37559912   Modificada: 28/10/2025 13:11 Cotización de la nota: $529.812
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