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27/10/2025 Clarin.com - Nota
La NCAA deberá pagar 18 millones de dólares por no advertir sobre los riesgos de conmociones cerebrales Un jurado de Carolina del Sur halló negligente al organismo que regula el deporte universitario. El exjugador Robert Geathers, diagnosticado con demencia, muestra síntomas de encefalopatía traumática crónica (CTE). El jurado coincidió con esa interpretación y concluyó que la NCAA “aumentó de manera irrazonable el riesgo de daño”. Foto ilustrativa: AP/Rebecca Blackwell Un jurado del condado de Orangeburg, en Carolina del Sur, determinó que la Asociación Nacional Deportiva Universitaria ( NCAA , por sus siglas en inglés) deberá pagar 18 millones de dólares a un exjugador de fútbol americano y a su esposa , al considerar que el organismo actuó con negligencia al no advertirle sobre los riesgos a largo plazo de las conmociones cerebrales. El fallo, emitido al término de un juicio civil que concluyó la semana pasada, asigna 10 millones de dólares a Robert Geathers , de 68 años, y 8 millones a su esposa, Debra, según consta en los documentos judiciales. Geathers jugó como ala defensiva para South Carolina State University entre 1977 y 1980 , una institución históricamente afroamericana con sede en Orangeburg. Décadas después de su paso por el fútbol universitario, fue diagnosticado con demencia y, según médicos que testificaron en el proceso, muestra síntomas compatibles con encefalopatía traumática crónica (CTE), una enfermedad cerebral degenerativa que afecta a muchos exjugadores de fútbol americano expuestos a golpes repetidos en la cabeza. “Su trabajo era mantener a los muchachos a salvo” Durante el juicio, los abogados del matrimonio argumentaron que los múltiples impactos sufridos por Geathers en prácticas y partidos causaron daños cerebrales que solo se manifestaron con el tiempo. El abogado principal, Bakari Sellers, sostuvo que la NCAA conocía desde la década de 1930 los riesgos que implicaban las conmociones cerebrales , pero no transmitió esa información ni a los entrenadores ni a los jugadores. El abogado principal, Bakari Sellers, sostuvo que la NCAA conocía desde la década de 1930 los riesgos que implicaban las conmociones cerebrales. Foto: Shutterstock “Toda la información que tenían, la ocultaron”, dijo Sellers ante el jurado. “Su trabajo era mantener a los muchachos a salvo”. El jurado coincidió con esa interpretación y concluyó que la NCAA “aumentó de manera irrazonable el riesgo de daño ” para Geathers más allá de los peligros inherentes al deporte. Además, determinó que el organismo “asumió voluntariamente el deber de proteger la salud y seguridad” del jugador y “negligentemente incumplió esas obligaciones”. La NCAA, por su parte, anunció que apelará el fallo. En un comunicado difundido por un portavoz, la organización afirmó que “no está de acuerdo con el veredicto” y que está “preparada para ejercer todos sus derechos en las mociones posteriores al juicio y, si es necesario, en apelación”. “El NCAA ha prevalecido en todos los demás juicios con jurado sobre este tema en todo el país”, señaló la entidad. “El equipo de South Carolina State siguió los estándares de conocimiento existentes en ese momento, y el fútbol universitario no causó los problemas de salud de por vida del señor Geathers”. Durante el juicio, Andy Fletcher, abogado del organismo, argumentó que el exjugador padece diversas condiciones médicas que podrían explicar sus síntomas similares a la demencia. También recordó que el comité de reglas de fútbol americano de la NCAA está integrado por representantes de las universidades miembros, quienes pueden proponer modificaciones para aumentar la seguridad. “ Siempre habrá golpes en la cabeza. Es algo inherente al juego. No se pueden eliminar”, dijo Fletcher en su alegato final. El veredicto representa un golpe para la NCAA, que ha enfrentado en los últimos años varias demandas similares, aunque hasta ahora había salido airosa en la mayoría. El caso de Geathers podría abrir la puerta a nuevas acciones legales de exjugadores que sufren problemas neurológicos décadas después de sus carreras deportivas. Tras la lectura del fallo, Bakari Sellers destacó el impacto humano del resultado: “Me sentí bien al abrazar a Debra Geathers”, dijo el abogado. “Ahora puede ir a casa y darle a su esposo una buena noticia”.
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