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27/10/2025 Ambito.com - Home

Impuestos: por qué la simplicidad y la equidad deben ser el nuevo contrato fiscal
Alberto Mastandrea

Argentina necesita una reforma tributaria que cumpla con un proceso transparente, ágil y previsible , que libere recursos productivos y fortalezca la relación de confianza entre contribuyentes y Estado. Nuestro sistema recauda mucho, pero debería ser eficiente en premiar la producción, alentar la inversión y fortalecer la competitividad internacional y no penalizar a quienes cumplen.
La estructura actual combina presión impositiva récord, complejidad extrema y baja calidad de servicios públicos. Esto erosiona la legitimidad del sistema y convierte a la política tributaria en un obstáculo al desarrollo. Es así como, el punto de partida debe ser recuperar los principios de equidad, simplicidad y previsibilidad , para que los impuestos vuelvan a ser una herramienta de progreso.
Hoy la mayor parte de la recaudación proviene de impuestos al consumo y a las transacciones, con menor peso en renta y patrimonio. Este sesgo erosiona el poder adquisitivo y genera inequidad.
Es necesario reducir la dependencia de impuestos al consumo y fortalecer un esquema basado en renta y patrimonio. El rediseño del Impuesto a las Ganancias debe contemplar la distorsión inflacionaria, de modo que solo se graven rentas reales y no resultados nominales ficticios.
Otro desafío urgente es ampliar la base de contribuyentes. Argentina lidera los rankings globales de presión impositiva sobre el sector formal, mientras amplios sectores permanecen fuera del sistema.
Formalizar y simplificar el ingreso al régimen impositivo permitiría distribuir el esfuerzo con mayor justicia. Además, en paralelo, “coordinar” Nación, provincias y municipios para evitar nuevos tributos distorsivos y garantizar que la presión efectiva sobre las utilidades empresarias se mantenga en niveles competitivos internacionales.
Qué cambios necesita el sistema tributario argentino
El sistema debe eliminar los regímenes distorsivos de recaudación en la fuente, que generan saldos a favor permanentes e inmovilizan capital de trabajo. Es necesario eliminar estos mecanismos o transformarlos en pagos a cuenta con devolución automática y ágil.
A ello se suma la necesidad de revisar exenciones y privilegios . Hoy existen más de un centenar de tratamientos preferenciales, muchos sin justificación económica o social. Mantenerlos sin evaluación periódica erosiona la equidad horizontal y transforma la política tributaria en un entramado de beneficios sectoriales. Sólo deben subsistir los incentivos ligados a innovación, empleo e inclusión productiva, con cláusulas de caducidad y control de resultados.
El IVA, por su parte, presenta una de las alícuotas más altas de la región, combinada con un mosaico de reducciones y tratamientos diferenciales. Dejó de ser un impuesto neutro para convertirse en un costo financiero. Recuperar su neutralidad exige una homogeneización de las tasas del IVA que reduzca la proliferación de alícuotas especiales y asegure un campo de juego parejo para todos los sectores.
Además, implementar un sistema de devolución automática y ágil de los créditos fiscales, en particular para exportadores y actividades con alto componente de inversión, garantizando que el IVA recupere su naturaleza de impuesto neutral y no se convierta en una carga estructural sobre la producción.
También se impone un reordenamiento del federalismo fiscal . La actual ley de coparticipación genera incentivos perversos: las provincias y municipios crean nuevos gravámenes — como Ingresos Brutos, Sellos o tasas municipales— — para compensar la concentración de recursos en la Nación. Esta superposición multiplica la carga sobre los mismos contribuyentes y debilita la competitividad. Un nuevo esquema federal, con reglas claras y transparencia en la distribución, es condición para la estabilidad.
Simplificar el sistema y hacerlo equitativo no significa recaudar menos, sino recaudar mejor. Implica eliminar tributos de escasa incidencia, automatizar devoluciones y facilitar el cumplimiento, de modo que pagar impuestos vuelva a ser parte de un contrato fiscal confiable.
Reformar el sistema tributario no es una opción técnica: es una condición indispensable para volver a crecer. Un sistema transparente, simple, ágil, equitativo y previsible puede convertirse en el verdadero motor de desarrollo, inversión y empleo formal. Solo así la política fiscal podrá transformarse en una verdadera palanca de desarrollo, que premie la formalidad, potencie la inversión y fortalezca el federalismo fiscal, sentando las bases de un crecimiento sostenido e inclusivo.
Socio de Impuestos, BDO en Argentina


Imagen: ambito.com - ambito_opiniones


#37476930   Modificada: 27/10/2025 13:12 Cotización de la nota: $529.812
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