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24/10/2025 Clarin.com - Nota
Trump se convierte en un integrante crucial de la “política doméstica” argentina Jorge Castro La economía argentina se integra irreversiblemente con la estadounidense en los próximos dos años, lo que equivale a incorporarse a los escalones decisivos de la política mundial. Donald Trump y Javier Milei en la Casa Blanca, a mediados de mes. REUTERS/Jonathan Ernst/File Photo Consolidar la estabilidad macroeconómica lograda por el gobierno de Javier Milei es el primer y definitivo paso para integrar a la Argentina con la economía norteamericana , en el momento en que la integración mundial del sistema ha adquirido un carácter instantáneo por la revolución de la Inteligencia artificial. La idea fundamental de Donald Trump es que la economía de EE.UU. crece a través del aumento incesante de las inversiones y que en ella sólo se compite mediante el incremento de la productividad de todos los factores (PTF) surgida de la apuesta a la innovación y al enriquecimiento del “capital humano”. La decisión tomada por Trump es absoluta e irreversible y consiste en hacer “todo lo que sea necesario para garantizar la reelección de Javier Milei en las elecciones de 2027”. Para eso ha destinado a través de Scott Bessent, su mano derecha en cuestiones económicas y financieras, US$ 40.000 millones en la ayuda al gobierno de Milei, sumado a los recursos infinitos del Tesoro norteamericano con sus intervenciones directas en la compra de pesos argentinos en el mercado de Buenos Aires. Estos inmensos recursos están dedicados a consolidar la estabilidad macroeconómica del país, porque este es el camino para su integración definitiva con la economía norteamericana, que es la que encabeza la 4° revolución industrial y su tecnología decisiva y fundamental, la inteligencia artificial. Una vez integrada la Argentina con la economía estadounidense, la cuestión absolutamente decisiva es atraer en gran escala una fenomenal oleada de inversiones de EE.UU. y del mundo entero , sobre lo que el gobierno de Donald Trump estima son extraordinarias oportunidades de negocios en energía, minería, bio economia agroindustrial y alta tecnología . Esta última, expresada en el “Data Center” de Inteligencia artificial que se establece en Neuquén con una inversión de US$ 25.000 millones que se torna plenamente activo en 2026. Las reglas básicas de esta nueva etapa histórica ya fueron formuladas por Trump en su primer mandato al reestructurar completamente el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) y convertirlo en un pacto de integración productiva fundado en la técnica y la innovación. El objetivo central de este tipo de acuerdos, como el USMCA´s que refundó Trump en 2020, es atraer inversiones y sólo subsidiariamente multiplicar el comercio. El instrumento para esta tarea histórica son las cadenas globales de producción constituidas por las grandes compañías transnacionales, de las que 44% son norteamericanas, y el denominado comercio internacional crece en más de 80% a través de las redes globales de producción: elevación de los niveles salariales de acuerdo al aumento de la productividad de todos los factores (PTF), auge sistemático de las inversiones del mundo entero atraídas por los negocios altamente rentables que el país tiene para ofrecer e innovación constante mediante el conocimiento y el enriquecimiento del “capital humano”. Siempre y en todos los casos el eje de esta notable transformación del mundo de hoy se encuentra en EE.UU., híper-potenciado por el liderazgo de Trump. Específicamente, en lo que hace a la relación directa entre EE.UU. y la Argentina, la importancia del gobierno de Milei para Trump va más allá de lo económico y de lo ideológico. Tiene un significado esencialmente geopolítico porque el mandatario argentino se ha convertido en un eslabón fundamental del nuevo orden global fundado en el comercio y las inversiones, que abarca a todos los países del mundo y en primer lugar a China. Esto significa, en breve síntesis, que l a economía argentina se integra irreversiblemente con la estadounidense en los próximos dos años, lo que equivale a incorporarse a los escalones decisivos de la política mundial. En segundo lugar, pero igualmente trascendente, Trump se convierte en un componente esencial de lo que antes se denominaba la “política doméstica” y que la dupla gobernante de la Argentina de los próximos dos años tiene como uno de sus integrantes al mandatario norteamericano. Todo esto sucede porque la integración mundial del sistema ha adquirido un carácter absolutamente “horizontalizador”. Lo que está ocurriendo es un salto cualitativo en el capitalismo del siglo XXI, referido a las reglas y procedimientos de las actividades productivas y de servicios, sin distinción alguna entre el “adentro “ y el “afuera”, como era usual en el capitalismo en su fase industrial y que ahora se ha transformado en una auténtica rémora del pasado. “El capitalismo es un permanente creador de sorpresas”, dice Josep Schumpeter. Hay que prever, por último, que debido a que los 4 o 5 sectores más competitivos de la Argentina van a tener en los próximos dos años una masa fenomenal de inversiones, los salarios de los trabajadores argentinos, ante todo los de mayor calificación, adquirirán rápidamente los niveles de los trabajadores estadounidenses. Las categorías del optimismo y el pesimismo son demasiado mediocres para abarcar el pleno significado de esta nueva situación histórica.
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