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24/10/2025 Clarin.com - Nota
Cómo decir que “no” si te piden cambiar el asiento en el avión, según un experto en conflictos Si reservaste, pagaste y valoras por algún motivo personal tu lugar en el avión, tienes derecho a mantenerlo. Decir “no” a cambiar de asiento no tiene que ser una confrontación ni algo que te genere culpa. Ceder tu asiento tiene un costo personal: comodidad, ubicación deseada, lo que pagaste. Shutterstock Ya instalado en tu asiento de avión, alguien se acerca y te pide cambiarlo: “¿Me lo cedes para estar con mi familia?” o “¿Podrías darme tu lugar porque viajo con niños?”. Aunque suene razonable, no estás obligado a aceptar. El problema aparece cuando sientes presión : el otro pasajero insiste, se siente incómodo, tal vez te culpe si no accedes, te juzgue o incluso grabe el momento. En ese instante es donde un conflicto que podría ser simple se vuelve incómodo. Un experto en resolución de conflictos explica cómo manejar ese tipo de situaciones sin perder la calma, sin que escale y sin sentir culpa. No es raro: vivimos en sociedades donde “ser amable” muchas veces se confunde con “ceder sin queja”. Pero ceder tu asiento tiene un costo personal: comodidad, ubicación deseada, lo que pagaste. Mantener tus límites es válido. Y hacerlo bien, con tacto, con firmeza, puede marcar la diferencia entre una conversación difícil y un mal rato evitado. Emily Skinner , experta en resolución de conflictos explica en un artículo de Travel + Leisure que hay formas claras, educadas y efectivas de negarse a cambiar de asiento sin que la situación explote. Aquí los puntos clave. Mantener tus límites y hacer valor tus derechos es válido. Foto: Shutterstock. Antes de abordar el avión, reconócete: ¿eres de los que ceden ante un situación para evitar tensiones? ¿Prefieres asumir tu posición? Skinner aconseja identificar cómo reaccionas ante la presión. Si sabes que tiendes a ceder automáticamente, es útil tener preparada una respuesta clara para cuando alguien te pida cambiar el asiento. Una fórmula sugerida por Skinner es: “Entiendo tu situación, pero reservé este asiento y me gustaría permanecer aquí”. Esa frase valida al otro -reconoces su solicitud- pero también reafirma tu derecho al asiento que elegiste. Es firme pero educada. Si la persona insiste y empieza a presionar, la experta recomienda poner un límite firme: “Lo siento, pero prefiero no cambiar”. En esos casos, es apropiado pedir ayuda al auxiliar de vuelo. Esa es su función: mediar cuando hay conflictos de este tipo. En pleno avión, alguien puede sacar el teléfono y empezar a grabar. Skinner sugiere responder lo menos posible, sin irritarte, sin elevar la voz. Algo como: “Sé que esto es incómodo, pero prefiero quedarme en este asiento”. Si te filman, aclara: “No doy permiso para que grabes”. Menos diálogo evita que la situación escale. Si te filman, aclarar “No doy permiso para que grabes". Foto: Shutterstock Puedes ser amable pero firme. No hace falta dar muchas explicaciones si no lo deseas. Reconocer la incomodidad del otro (“Comprendo que quieras sentarte con tu familia”) está bien, pero no tienes que sacrificar algo que ya reservaste. Skinner señala que tus necesidades y tus derechos son tan importantes como los de los demás. En conclusión: decir “no” a cambiar de asiento no tiene que ser una confrontación ni algo que te genere culpa . Si preparas tu respuesta, la expresas con respeto, involucras al personal si la otra persona insiste y mantienes la calma incluso si te graban, puedes defender tu elección sin crear un conflicto mayor. Valorar tu confort y lo que pagaste también cuenta.
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