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Maimará, el tesoro jujeño que la ONU reconoció entre los pueblos más bellos del planeta Ubicado en plena Quebrada de Humahuaca , a 79 kilómetros de San Salvador de Jujuy y a 2.300 metros sobre el nivel del mar , el pueblo de Maimará fue distinguido recientemente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como uno de los 52 destinos rurales más hermosos del mundo , en el marco del programa " The Best Tourism Villages" . “ Maimará trae sentimientos de otro planeta ”, afirma la artista jujeña Rocío Manzur , cuya familia vive allí desde hace más de seis décadas. La noticia fue anunciada en Huzhou , provincia de Zhejiang (China) , donde compitieron 270 localidades de 65 países . Además de Maimará, también fue distinguida Colonia Carlos Pellegrini , en Corrientes, una de las puertas de entrada a los Esteros del Iberá . El paisaje pintado por los cerros Maimará se extiende a los pies de la Paleta del Pintor , una formación montañosa que parece salida de una obra de arte: los rojos, verdes, ocres, amarillos y grises de sus cerros conforman una postal única. El acceso al pueblo es sencillo, a través de la Ruta Nacional 9 , que serpentea por la quebrada entre Tilcara , Huacalera , Humahuaca , Abra Pampa y La Quiaca , donde concluye la icónica Ruta 40 . Maimará.jpg “ Estamos orgullosos de ser maimareños, somos los mejores del mundo ”, celebra Eva Cardenes , una vecina del lugar. “ Antes nadie pasaba por acá, figurábamos en pocos mapas, y ahora somos un destino visitado ”, agrega con emoción. En los alrededores, los campos fértiles , las quintas repletas de cultivos , los viñedos de altura y la gastronomía con productos locales convierten a la región en un paraíso para el viajero sibarita. Tradición, espiritualidad y color El nombre Maimará significa “ estrella que cae ” en lengua omaguaca, y su belleza hace honor al significado. Al atardecer, el sol tiñe los cerros de tonos casi irreales. Con unos 3.500 habitantes , la vida en el pueblo transcurre en calma: entre las quintas donde se cultivan hortalizas y frutales , los talleres artesanales y los comedores que perfuman el aire con aromas de locro , tamales , humitas o milanesas de llama . “ La magia y la creación habitan en su gente ”, explica Rocío Manzur , autora de La Maimareña, una canción convertida en himno local. “ Es el lugar más lindo en el que se pueda vivir, el pueblo emana paz ”, sostiene Cardenes , quien cuenta que en los últimos años muchas familias de Buenos Aires decidieron mudarse allí buscando tranquilidad y un modo de vida más natural. Un pueblo que florece Maimará es también un oasis productivo donde los colores de los cerros se replican en las calles: en los puestos que venden papas andinas, choclos, flores y tejidos , o en los talleres donde los artesanos ofrecen ruanas, cerámicas y hierbas tradicionales como la rica rica o el agua florida , usadas para aliviar el mal de altura. “ Parece sacado de un cuadro ”, dice Manzur. Su recomendación para los visitantes es sencilla: “ Caminar, perderse entre las calles, llegar al río y ver el atardecer. Buena gente y pocos autos ”. Frente a la plaza principal se alza una iglesia blanca que resplandece bajo el sol del altiplano. A pocos metros, una foto recuerda a Josefina Aragón , una curandera de 90 años venerada por su sabiduría ancestral. En la Quebrada, la medicina tradicional convive con la cocina heredada de siglos y con rituales que funden la fe católica con el culto a la Pachamama . Rituales, vino y festividades El cementerio Nuestra Señora del Carmen , considerado uno de los más bellos del país, se eleva sobre un cerro a la entrada del pueblo. Allí, cada 1° de noviembre , durante el Día de Todos los Muertos , las familias decoran las tumbas con flores y coronas de colores , transformando el lugar en una celebración espiritual. Según la creencia local, las almas descansan más cerca del Inti , el sol, por estar en lo alto. Durante diciembre, los vecinos preparan con esmero los pesebres navideños y las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Candelaria , mientras el carnaval llena las calles de música y comparsas. La familia de Rocío Manzur tiene una bodega llamada “El Bayeh” , una de las más importantes de Jujuy , reconocida en las cartas de los principales restaurantes del país. “ Cumplimos el sueño de hacer vino en Maimará ”, cuenta. La fiesta de la vendimia , que organizan cada año, reúne arte, gastronomía y música en un homenaje a los frutos de la tierra. El orgullo de Jujuy con reconocimiento internacional La distinción de la ONU despertó gran entusiasmo entre los habitantes. El organismo valoró a las comunidades que “ son ejemplo de destinos de turismo rural con bienes culturales y naturales reconocidos, que destacan su identidad y estilo de vida ”. En años anteriores, otras localidades jujeñas como Barrancas (2024) y Caspalá (2021) también fueron premiadas. Para Manzur , el reconocimiento refleja la autenticidad del lugar: “ La cultura aquí es genuina, es sentida, está viva. Pasado, presente y futuro, juntos: es mágico ”, concluye con orgullo. Imagen: ambito.com - ambito_infogral
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