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23/10/2025 BaeNegocios.com - Nota
Hace 20 años, un hongo puso la industria del corcho en jaque y desató una revolución tecnológica BAE Negocios Hace veinte años, un enemigo invisible comenzó a debilitar los montes del Alentejo . El Platypus cylindrus , un escarabajo portador de hongos simbióticos, perforaba los troncos de los sobreiros —los robles de corcho — y deterioraba su capacidad de regenerarse. La plaga no contaminaba el vino, pero ponía en riesgo el corazón de la industria: la salud de los árboles que dan origen al corcho . El "gusto a corcho": la crisis química que golpeó al vino y a las fábricas Al mismo tiempo, otro enemigo más silencioso crecía dentro de las bodegas . El TCA , un compuesto químico que aparece cuando mohos y bacterias interactúan con residuos clorados durante el procesamiento o almacenamiento, comenzó a dar al vino un sabor a humedad, el temido "gusto a corcho" . Bastaban unas moléculas para arruinar una botella entera . Amorim y la batalla tecnológica para eliminar el TCA La coincidencia de ambos fenómenos —el hongo en el bosque y el TCA en las fábricas— generó la tormenta perfecta. Portugal , responsable de la mitad de la producción mundial, vio cómo los tapones sintéticos avanzaban en el mercado . Y Corticeira Amorim , que dominaba el sector desde 1870 , se encontró al borde del colapso. "No se trataba de perder ventas; se trataba de perder el alma del negocio" , diría años después António Amorim , actual presidente del grupo. Ante la amenaza, la compañía decidió reinventarse desde sus raíces . Reunió a universidades y centros tecnológicos para estudiar las causas del TCA y crear métodos capaces de eliminarlo del proceso industrial . En su planta de Santa Maria de Lamas , instaló líneas de cromatografía que analizan cada rolha —cada tapón— y detectan trazas del compuesto en proporciones de una parte por trillón. Las piezas que no superan el control se trituran y se transforman en otros productos: aislantes, revestimientos o componentes para trenes y aeronaves. Así nació el programa NDTech, que marcó un antes y un después en la historia del corcho . Regacork: ciencia y riego por goteo para acelerar la regeneración del sobreiro A la par, Amorim empezó a pensar más lejos . Si el futuro dependía de bosques sanos , había que garantizar su existencia. En 2003, un productor portugués demostró que los sobreiros irrigados por goteo podían madurar en la mitad del tiempo habitual . Amorim financió una investigación en la Universidad de Évora y confirmó el hallazgo: la primera extracción podía hacerse a los diez años, en lugar de esperar veinticinco . De esa experiencia nació el programa Regacork , que hoy combina riego controlado, clonación de ejemplares resistentes y monitoreo satelital de crecimiento. Una nueva era para el corcho portugués La empresa compró miles de hectáreas en el sur de Portugal , entre ellas la finca de Rio Frio, cerca de Lisboa , donde desarrolla su plan de expansión forestal. Allí se plantan sobreiros más juntos —hasta 400 por hectárea — y se usan sensores que miden humedad, temperatura y calidad del suelo. El objetivo: asegurar materia prima para las próximas generaciones y blindar el suministro frente al cambio climático . Cada sobreiro tarda nueve años en regenerar su corteza después del descorche . El trabajo manual sigue siendo insustituible: un golpe seco de hacha, un giro de muñeca, y la plancha de corcho se desprende del tronco. Cuanto más limpia la extracción, mayor su valor comercial . De esas pranchas, hervidas y cortadas, nacen las rolhas que sellan cerca de 13.000 millones de botellas de vino al año . De tradición artesanal a industria de alta tecnología Portugal concentra hoy el 50% del corcho mundial y exporta a más de cien países . Amorim factura más de mil millones de euros al año y se convirtió en símbolo de una industria que se salvó apostando a la ciencia sin abandonar el oficio. "Todo empieza con el primer golpe seco" , dicen los trabajadores del Alentejo. Hace veinte años, ese sonido estuvo a punto de silenciarse . Hoy, marca el ritmo de una empresa que aprendió a sobrevivir cuidando la materia viva de la que depende su fortuna .
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