|
23/10/2025 Clarin.com - Nota
Qué cosas odian los perros de los humanos: palabra de veterinario Tener una mascota como un perro implica comprender sus necesidades. Y saber qué cosas detestan de los dueños y otras personas. Los perros viven con intensidad el ida y vuelta de su crianza. Pero hay cosas que detestan del día a día. Una mascota en casa es un miembro más de la familia. La frase, tan repetida como real, aplica para los perros , que nos cambian la vida a adoptarlos. Pero no alcanza con darles amor y lo que nos parezca, sino que es importante saber qué cosas odian de los humanos , para no cometer errores en su cuidado. De acuerdo a lo que revela el National Institutes of Health (NIH) , una mascota aporta mucho más que la compañía, ya que su presencia ayuda a disminuir el estrés y mejorar la salud de sus dueños, entre otros beneficios. En ocasiones tratamos a estas mascotas como si fueran niños. Y, claro está, no lo son. Son animales, con enorme sensibilidad, incluso con numerosas diferencias para con los humanos. Y si hacemos foco en los perros, es fácil darse cuenta de la diferencia con los gatos, que se caracterizan por ser independientes . Así es que viven con gran intensidad ese ida y vuelta emocional que es la crianza y la vida misma en común de cada día. Los perros están más acostumbrados al cariño del dueño que los gatos. Foto: iStock. Pese a que lo tengamos de cachorro y el perro sea el animal más fiel, noble e incondicional de sus tutores, sigue manteniendo sus instintos. Y reaccionará de manera agresiva ante las cosas que no soporta. Por eso existen actitudes que los perros no soportan y hasta odian de los humanos. Y en esas actitudes, los veterinarios coinciden y brindan consejos para estar alertas Los perros comen a una hora determinada. Un rato después se los saca a pasear a hacer sus necesidades. Ellos saben cuánto tiempo después de la comida será el paseo y lo esperan con ansiedad a la misma hora. Y se acostumbran a que el paseo tiene un tiempo que es siempre bastante parecido. Y ellos pueden oler otros perros, oler el pasto, correr, caminar mucho. Cuando nos demoramos en sacarlos o en cualquiera de sus rutinas, ellos se ponen muy ansiosos y molestos. Silos perros duermen con nosotros, luego nos siguen a todos lados. Un ejemplo de cambio repentino es cuando los subimos a dormir con nosotros en la cama y los abrazamos . Ellos se encariñan. Y luego los echamos varios días. Y luego los volvemos a traer con nosotros varios días. Y así vamos cambiando. “Dormir con un perro no tiene nada de malo. Pero les genera híper apego, porque ellos no proponen. El tutor propone y dispone. Estos compañeros de cama luego siguen por toda la casa a su tutor. Y esto, si no se lo controla, les puede generar ansiedad por separación”, asegura el experto Matías Wullich, gerente general de Centro Pet. Hay que saber que tienen un oído excepcional y muy sensible. Y lo mismo, un olfato increíble. Entonces, sufren ante nuestros olvidos. Cuando nos secamos el pelo con ellos a nuestros pies. O prendemos la aspiradora sin sacarlo antes al patio, o ponerlo en el cuarto más alejado con las puertas cerradas. Otro caso es cuando ponemos el partido de fútbol con un sonido que ensordece y gritamos como locos cada jugada delante de ellos. Están sufriendo tanto como sufren con los ruidos de los fuegos artificiales de fin de año. Y nos odian por eso, claro. A veces una mezcla de alimento balanceado y cada tanto algún productos frescos es muy efectivo, pero hay que consultar a un veterinario. Y que sean o 2 o 3 comidas diarias como les enseñamos. Los perros comen 2 o 3 veces por día y a una hora que ellos conocen. No toleran demoras. Foto Shutterstock. Ellos esperarán siempre la misma cantidad de comidas diarias. A la hora determinada. Y con la cantidad necesaria (nunca menos). Y cualquier demora (u olvido a veces) de nuestra parte los sacará de sus ejes. Se pondrán ansiosos. Vendrán a buscarnos. Nos mirarán con asombro o con espera. Nos querrán matar, claro. Los perros son animales familiares, tremendamente sociales. Y se acostumbran a nuestra presencia permanente, a que los tocamos, los acariciamos, los festejamos, los cuidamos. Cuando de golpe nos vamos un fin de semana afuera (y un vecino pasa a darle de comer solamente) no entienden. Y sufren mucho. Cuando trabajamos, o estudiamos, todos a la misma hora y nos vamos mucho tiempo, nos extrañan. Se ponen ansiosos porque no estamos. Y están esperando que lleguemos para correr a nuestro encuentro, festejarnos, muertos de alegría. Pero no les gusta nada nuestra ausencia. Los perros suelen extrañar mucho a sus dueños. Foto: Istock En ocasiones solemos hacerlo pero onda de juego. Algo que hacemos entre nosotros, con los seres queridos, dulcemente, como agarrar el cachete de un niñito. Eso mismo, en nuestros perros, son actitudes que físicamente bloquean sus sentidos y su movilidad. Y se ponen en alerta. Muy tensionados. Y algunas veces pueden reaccionar de manera agresiva como un gesto de defensa. De cualquier manera, es algo a lo que nunca se acostumbrarán. Gestos repentinos o agresivos pueden afectar a los perros. Los perros se acostumbran a nuestro cariño, efusividad, intensidad. A nuestra manera de comunicarnos y expresarnos. Y se comunican con nosotros desde ese lado. Se debe tener cuidado entonces cuando tenemos un día de pésimo humor o nos agarramos a los gritos con otro integrante de nuestra familia. Los perritos son hipersensibles a nosotros. Y suelen sentir en forma espejo a lo que sentimos. Les dará dolor el mal trato. Se tensionarán. No entenderán nuestra actitud tan poco habitual. Odian cuando nos aparecemos desde atrás y los agarramos con un grito de susto. O cuando están comiendo y nos acercamos sigilosos sin que puedan vernos. Y ahí se nota que no son como los humanos. No se adaptarán jamás a esos gestos. Así que a cambiarlos. Porque los perros lo sufren mucho. Este tipo de sorpresas o avivadas los pone muy ansiosos y tensos y pueden reaccionar de manera agresiva justamente por su instinto animal. Pasear es algo vital para los perros, mucho más que hacer sus necesidades. Foto: Adobe Stock Pasear es algo vital para los perros, mucho más que hacer sus necesidades. Como se contó arriba dentro de sus rutinas, cuando se acostumbran a salir a pasear una vez al día o cada dos días , lo integran a su vida y a las cosas que más desean y necesitan Wullich agregó que sus décadas de experiencia habló muchas veces con tutores que tienen un patio donde el perro hace sus necesidades. Pero ellos los perciben ansiosos. Y es porque no pasean. "El paseo es muy importantes para los perros. Salir, caminar, olfatear, pisar, correr. Aunque tengan un patio, necesitan salir a pasear por las calles y las plazas. Recorrer. Sin la correa corta o tironeándolos. Y olfatearse con otro perro o perra. Y oliendo los pastos. Jugar. Correr”, afirma. Los perros odian que los bañen seguido. Quieren sentir su olor, olerse a ellos mismos. Se dice que los perros nacen con su propia ropa, su piel y su pelo, preparados para la naturaleza. Y muchos tutores los abrigan como si fueran niños. Incluso les ponen orejeras y prendas extrañísimas que odian. Lo mismo sienten cuando los bañemos a cada rato. Los perros tienen en el olfato una de sus brújulas más eficaces. Necesitan oler. Y olerse. Sentir su propio olor es parte de ellos.
Acceda a la nota web del medio ![]() |
||



