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22/10/2025 LaPoliticaOnline.com - cable

Se viene un tarifazo brutal: el gobierno dolariza la generación y reconoce que subirá el costo de la energía
Por Luciana Glezer
Desde la secretaria de Energía estiman un salto de hasta USD 800 millones anuales según un informe interno al que accedió LPO en exclusiva. Daniel Gonzalez reconoció que el objetivo es recomponer los balances de las compañías.

Desde la secretaria de Energía estiman un salto de hasta USD 800 millones anuales según un informe interno al que accedió LPO en exclusiva. Daniel Gonzalez reconoció que el objetivo es recomponer los balances de las compañías.
El Gobierno se prepara para transformar el mercado eléctrico argentino. El primer paso es dolarizar las remuneraciones a las generadoras, eliminar precios regulados y desplazar el peso del ajuste hacia comercios, industrias y usuarios no residenciales. En los papeles, promete "estabilidad" para los hogares; en la práctica, dispara los costos y deja todo atado a la cotización del dólar. 
La reforma del mercado eléctrico que resolvió el Gobierno divide el sistema en dos grandes segmentos: el mercado estacionalizado y el desestacionalizado. En el primero quedan los usuarios residenciales y no residenciales. Estos últimos son comercios, pymes, clubes y cooperativas, que seguirán comprando la energía a través de CAMMESA con tarifas reguladas por el Estado. 
En el segundo, el mercado desestacionalizado, entran los grandes usuarios. empresas con alta demanda, que podrán contratar directamente con las generadoras a precios libres, en dólares, sin pasar por la intermediación estatal. 
 El corazón de la reforma es la dolarización de la generación eléctrica, que deja atrás el esquema de precios a costo medio, donde el Estado pagaba a todas las centrales un valor promedio de producción, para pasar a un modelo marginalista. 
En este nuevo régimen, el precio lo fija la última central que entra al despacho para cubrir la demanda, generalmente la más cara. En términos simples: si una termoeléctrica que quema gasoil es la que completa la oferta, toda la energía del sistema se paga a ese precio, aunque haya otras que produzcan más barato.  
En el mercado desestacionalizado, los precios quedarán directamente atados al tipo de cambio, y en el estacionalizado, aunque el Estado siga fijando valores de referencia, cada devaluación o ajuste fiscal se trasladará a la tarifa con mayor rapidez. 
Tal como reconoció Daniel González, secretario coordinador del área de energía, durante su exposición ante la Comisión de Presupuesto del Congreso: bajo al lógica de la "recomposición de balances" como elemento ordenador,  el nuevo modelo establece que los grandes usuarios enfrentarán un aumento promedio del 15% anual, con picos de hasta 35% en invierno.  
Para el sistema, eso significa un salto de hasta 785 millones de dólares por año, según un informe interno de la Secretaría de Energía que lleva la firma del  Director Nacional de Regulación del Mercado Eléctrico Mayorista Marcelo Positino, al que accedió LPO en exclusiva. 
En el anexo final reconoce explícitamente que el nuevo esquema favorece la estabilidad del segmento residencial, pero a costa de "mayor volatilidad y necesidad de cobertura contractual" para los sectores no residenciales e industriales.
En otras palabras, el sistema se vuelve más frágil, más dolarizado y más expuesto a shocks externos.
  "La supuesta protección a los residenciales es un mito. La dolarización generalizada convierte cada devaluación en un nuevo tarifazo", aseguró a LPO un ex funcionario del área.
"Esta reforma sepulta las oportunidades de reacrivación productiva y crecimiento económico", señalaron desde la Escuela Justicialista Nestor Kirchner (EJNK).
Desde esta casa de estudios estimaron que entre diciembre de 2023 y octubre de 2025 las facturas promedio de gas natural aumentaron 799% para hogares y 992% para comercios y pymes, mientras la energía eléctrica trepó 524% y 570% respectivamente. Advierten también los autores del informe de la EJNK, Federico Basualdo y Maximiliano Bruno, que más de 2 millones de hogares perdieron el subsidio a la electricidad y 705 mil el del gas, por la recategorización compulsiva del RASE. 
Lo concreto es que la dolarización de la generación eléctrica en un país con un riesgo cambiario crónico como la Argentina es una bomba de tiempo. Significa que cada salto del dólar multiplica los costos del sistema, trasladando a tarifas domésticas un valor imposible de pagar en pesos.  
Ese descalce entre la estructura dolarizada de los contratos y la economía real pesificada genera un círculo vicioso: el Estado acumula deuda con el sector, el Tesoro no puede cubrirla sin emitir o endeudarse, y la sostenibilidad del sistema vuelve a depender del tipo de cambio. 
Si la brecha se amplía y las tarifas no acompañan, la situación se vuelve jurídicamente explosiva. Las empresas internacionales recurren a tribunales como el CIADI alegando violación de contratos y afectación de rentabilidad, mientras el Estado intenta evitar que los argentinos paguen facturas dolarizadas a precios imposibles. 
En ese escenario, la dolarización no solo pone en riesgo la estabilidad macro, sino que reabre la puerta a una nueva ola de litigios internacionales: un déjà vu de los años posteriores al 2001, donde la crisis cambiaria terminó judicializandose en Estados Unidos.


Imagen: lapoliticaonline.com


#37163197   Modificada: 22/10/2025 19:56 Cotización de la nota: $276.117
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