21/10/2025 LaNacion.com - Noticias
Nicolas Sarkozy inicia una condena que estremece a la clase política francesa El expresidente fue trasladado a la prisión de La Santé para cumplir una pena de cinco años por asociación ilícita vinculada al financiamiento libio de su campaña de 2007 El presidente francés Emmanuel MacroN estrecha la mano del expresidente Nicolas Sarkozy tras una reunión sobre la guerra en Ucrania en el Palacio del Elíseo, en París, el 25 de febrero de 2022. LUDOVIC MARIN - AFP PARÍS.- Las puertas de la prisión parisina de La Santé se cerraron este martes detrás de Nicolas Sarkozy, primer expresidente francés en ser encarcelado, después de recibir una condena a cinco años de prisión con ejecución provisoria. Sarkozy, que clama su inocencia, fue hallado culpable de asociación ilícita tras haber recibido dinero libio para su campaña. Sus abogados depositaron ayer mismo un pedido de excarcelación. ¿Cuánto tiempo permanecerá Nicolas Sarkozy en prisión? Según uno de sus abogados, Christophe Ingrain, “la corte de apelación dispone de dos meses para decidir”, sabiendo que el plazo medio observado para estas solicitudes es más bien de “un mes”. “Es un momento muy duro”, pero el expresidente “hace frente, no se evade, no se queja, no ha pedido nada, ni trato de favor”, declaró. El expresidente francés Nicolas Sarkozy, junto a su esposa Carla Bruni-Sarkozy, estrecha la mano de un oficial de policía al salir de su residencia para presentarse en la prisión de La Sante para su encarcelamiento. JULIEN DE ROSA - AFP El expresidente conservador, condenado a cinco años firmes de cárcel con ejecución provisoria, llegó a la prisión de La Santé alrededor de las 9.30 (hora local). Entró y saludó a las personas que lo esperaban para hacer los trámites de la detención. Afuera habían quedados unas decenas de simpatizantes, venidos especialmente para manifestar su apoyo. Dentro de los muros de la prisión, por el contrario, el exmandatario fue recibido con algunos silbidos. “¡Ahí está Sarkozy!”, lanzó un detenido, al que otro respondió con un irónico “¡Hip hip hip!”, según relató un testigo. Su ubicación en el área de aislamiento, la única capaz de garantizar su seguridad, es “todo menos un trato de favor”, precisó su abogado. Sarkozy tendrá “una hora de salida al día en un patio cercado, solo”. El resto del tiempo estará “encerrado en la celda”, sin contacto con otros detenidos. Tendrá derecho a “tres visitas por semana de su familia” y estará custodiado en forma permanente por dos policías que residirán en la celda contigua. El expresidente llevó consigo dos libros: una biografía de Jesús y El Conde de Montecristo, de Alexandre Dumas, una elección que no dejó de provocar algunos comentarios mordaces por parte de sus adversarios políticos. “Si quería seguir mostrándose en víctima, podría haber sido un poco más sofisticado para elegir…”, reflexionó un diputado socialista. El hijo de Sarkozy, su sobrina y otros miembros de la familia acompañaron al expresidente a prisión JULIEN DE ROSA - AFP Ante una nube de cámaras, Sarkozy había salido de su domicilio en el oeste parisino media hora antes, de la mano de su esposa Carla Bruni. Un centenar de personas también se habían reunido en la pequeña plaza de Auteuil, al lado de su petit-hôtel, para mostrarle su simpatía. Fueron sus tres hijos, Louis, Jean y Pierre, quienes lanzaron esa convocatoria. La pequeña multitud entonó una Marsellesa después de corear su nombre. Sarkozy los saludó con un movimiento de mano antes de entrar a su vehículo y sin hacer declaraciones. Pero el exmandatario publicó un mensaje en X, en el que reafirmó una vez más su inocencia y aseguró que soportará estoicamente su encarcelación. “Siento un profundo dolor por Francia, que se ve humillada por la expresión de una venganza que ha llevado el odio a un nivel sin precedentes. (…) La verdad triunfará. Pero el precio a pagar habrá sido abrumador”, escribió. Pero una cosa son las frases y otra muy diferente, la realidad. En la apertura del Infierno de su Divina Comedia, Dante afirmaba: “Tú que entras aquí, abandona toda esperanza”. Y, aunque el expresidente francés jure que “la historia no está escrita” y que saldrá de esta experiencia más fuerte y con un nuevo libro escrito bajo el brazo, no evitará el shock del universo carcelario. Y el impacto será considerable. Por el ruido incesante que resuena entre los muros, hecho de gritos e insultos, de timbres y portazos que se abren y cierran, de pasos en los corredores y escaleras metálicas. Ese hombre, acostumbrado a las espesas alfombras, las exquisitas porcelanas y las doradas molduras de los palacios franceses, también será agredido por el olor tenue, tan distintivo que producen esos lugares cerrados, mezcla de comida y productos de limpieza. “Sin haberlo vivido, no se sabe nada de la prisión”, reconoce un conocido abogado penalista. Para Nicolas Sarkozy, tras una primera noche en la que quizás le sea difícil conciliar el sueño, su rutina diaria de detenido comenzará con el desayuno. En ese momento del día, no habrá bandeja de comida cubierta de mantel bordado. El pan y la mermelada —que hay que reservar—, se entregan la víspera, a las 18.30 con la cena. De inmediato se impondrá la necesidad de usar la pequeña placa eléctrica puesta a su disposición en su celda y comprar en la cantina de la prisión los productos ofrecidos a la venta, porque está prohibido introducir comida desde el exterior durante la detención. Para sus allegados es, sin embargo, difícil imaginar que el expresidente también sea sometido a ese riguroso ritual. El expresidente francés Nicolas Sarkozy habla ante los medios de comunicación después del veredicto de su juicio, en París, Francia, el 25 de septiembre de 2025 Aurelien Morissard - XinHua Sus abogados estiman que Sarkozy estará detenido “al menos tres semanas”. Y aseguran tener la esperanza de que pueda reunirse con los suyos en los próximos dos meses como máximo. Desde su salida, y esperando el momento de la apelación, el exmandatario también podrá recuperar parte de los medios que el Estado pone a su disposición en su calidad de expresidente de la República y que no le serán retirados debido a su encarcelamiento. Según una nota blanca redactada por la Secretaría General del gobierno, solo dos de los cuatro colaboradores que le fueron asignados serán redistribuidos. Se trata de su cocinero, que “fue puesto a disposición del Ministerio del Interior”, y de su asesora de prensa y comunicación, que “ha solicitado la suspensión de su contrato”. El 25 de septiembre, el tribunal correccional de París condenó al expresidente a cinco años de prisión, declarándolo culpable de haber, “con pleno conocimiento”, permitido que sus colaboradores Claude Guéant y Brice Hortefeux se reunieran en Libia con un dignatario del régimen de Muamar Khadafy para obtener el financiamiento oculto de su campaña presidencial de 2007. Nicolas Sarkozy apeló esa condena que, sin embargo, no le evitó la prisión, pues los jueces la acompañaron con la figura jurídica de “ejecución provisoria”, que justifica su encarcelamiento a pesar de esa apelación. En viaje a Eslovenia, el presidente Emmanuel Macron consideró que el debate sobre la ejecución provisoria es “un debate legítimo en una democracia, porque todos desean que pueda haber vías de apelación y recursos”. “Pero es un debate que debe llevarse a cabo con calma para que nuestra justicia pueda aplicarse y evolucionar en la serenidad adecuada”, añadió. Macron recibió el viernes a Sarkozy, considerando ese gesto “normal (...) en el plano humano”. Una cita criticada por el líder del Partido Socialista (PS), Olivier Faure, para quien constituyó una “presión sobre la justicia”. El presidente francés recibió al exmandatario antes de su detención CHRISTOPHE PETIT TESSON - POOL Desde que perdió su intento de reelección en 2012, Sarkozy ha sido objeto de varias investigaciones penales. También apeló contra una sentencia de febrero de 2024 que lo declaró culpable de gastar en exceso en su campaña de reelección de 2012 y luego contratar a una empresa de relaciones públicas para encubrirlo. Se le impuso una condena de un año, de los cuales seis meses fueron suspendidos. En 2021, fue declarado culpable de intento de soborno a un juez en 2014, convirtiéndose en el primer expresidente francés que recibía una condena privativa de libertad. En diciembre del año pasado, el tribunal de apelaciones de París dictaminó que podría cumplir su condena en su casa con una tobillera electrónica en lugar de ir a la cárcel. Pero esta vez, Nicolas Sarkozy no tuvo esa suerte. En las próximas semanas, a medida que avance en las fascinantes páginas escritas por Alexandre Dumas, tal vez tenga tiempo para ponerse en la piel de Edmon Dantès y soñar con una gloriosa revancha. Nicolas SarkozyFranciaEmmanuel Macron
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