![]() Kicillof enterró a Cristina, Milei no sabe cómo parar la interna y el nuevo teorema de Caputo Ricardo Roa Igo quedó en claro el domingo: Kicillof y no Milei es quien finalmente enterró a Cristina. No sabemos si será para siempre. Hace 20 años que padecemos a Cristina, que tiene más vidas que un gato. A ver si pasa como con Frane Selak, el croata que zafó siete veces de la muerte y terminó ganando la lotería. El dato es que los clavos en el cajón que prometía poner Milei los puso alguien a quien Cristina llamaba heredero y hoy llama traidor. Kicillof ganó porque los intendentes le ganaron a La Campora. La elección resolvió la interna peronista. Y Cristina no puede soportarlo: el odio no le permitió siquiera felicitarlo. Quedó paralizada como cuando perdió la presidencia con Macri y se negó a traspasarle el mando. Milei, el otro gran derrotado, comparte con ella esa idea obtusa de que un adversario es un enemigo. Todos los sectarismos se tocan en el fondo. En un punto, Milei la surfeó mejor. El viernes se sacó en el cierre de campaña en Moreno. Saltó y gritó como un loco, como si lo que él cree debe ser impuesto a todos. Había llegado con falsos militantes con pasamontañas, reclutados o contratados en la barra disidente de River. Patético. Pero el domingo habló al país como se espera que lo haga un político normal luego de que la gente le diga: te estás equivocando. Se hizo cargo de la derrota y prometió autocrítica y cambios. Dijo también que no rifará el programa económico y mantendrá el superávit y la inflación en baja. Cualquier otro mensaje hubiera espantado más a los mercados y espantados por la victoria peronista. Lo contuvo, les hizo un mimo con la reducción de los encajes y hasta pudo renovar deuda a una tasa menor, que sigue muy alta aunque por debajo de la previa a la elección. Que no la tiene fácil se probó enseguida: el viernes volvió la volatilidad. Habrá que acostumbrarse a esto y a otra tensión, quizás más peligrosa, que desde adentro sacude al Gobierno: la interna permanente y despiadada. Casi nada se explica por una sola razón, tampoco esta derrota. Anotemos: el castigo en una provincia donde el parate económico golpea más al empleo y al salario, la agresión de Milei a casi todo el mundo y el deseo de casi todo el mundo de pasarle factura, el desinterés y la impericia en arreglar con el no peronismo y el peronismo que corrió solo por la falta de fiscales del mileísmo. Y la soberbia de "no necesitamos a nadie" de Milei: "la victoria en la guerra no depende de la cantidad de soldados sino de las fuerzas que vienen del cielo". Parecería que la apelación a los macabeos no estaría funcionando. Agreguemos las denuncias de corrupción, que se complican. Frente a tantas calamidades, ¿cómo es que no frenan la guerra interna? Dos días antes de la elección, el Gordo Dan, tuitero en jefe y principal comunicador, estaba en plena campaña no para ganarle a los peronistas sino para golpear a los propios, como Luis Juez y Guillermo Francos, jefe del Gabinete. Dicen que para los radicales una elección es lo que pasa entre dos internas. Para el mileismo también. Dos ejemplos dos, de este viernes. Tuitero Pedro Lantaron, que fue además candidato. Postea foto de la espalda de Santiago Caputo siendo tatuada con un dibujo de Parravicini y este texto: "vas a quedarte con el armado ex kirchnerista denunciado por robar la plata de la fiscalización". El denunciado sin nombre es Sebastián Pareja. El destinatario si- nombre, Milei. Horas antes, otro troll mandaba a Pareja al frente: "Acabo de ver cómo un tipo le robaba a una señora afuera del Coto, llegaron Pareja y el "ene Vera y lo llevaron a la Rosada para que lidere una nueva mesa política de La Libertad Avanza". Los trolls viven en un mundo aparte. Se divierten empujando por la borda a los que viajan en su mismo barco. Otro psicólogo ahí. Los responsables de las desgracias liberta-rias no son ellos, son los otros. Nadie los maneja. Se han independizado. Avalaban todo, ahora critican casi todo. Milei entiende esa lógica. No se mete, aunque habló con el Gordo Dan para intentar bajar los decibeles. En el fondo, no tiene idea de cómo parar la pelea. Como Perón, que armaba una comisión para no resolver un problema, Milei armó una par de mesas políticas. Una nacional y otra en Provincia. En la primera reunión del martes casi se agarran a las piñas. El comisario Bondarenko, cabeza de lista en la estratégica tercera sección, le reprochó a Caputo las críticas de sus tuiteros. "Si vamos a arrancar así, me voy" lo cortó el asesor sin cargo. Karina se mordió la lengua y calmó los ánimos. Detrás hay odios personales y quejas que crecen. Caputo, por las alianzas que impulsan los Menem y por el casting para seleccionar candidatos, que dice es un desastre. Está claro que no parecen los mejores. Obvio, Caputo no carga contra Karina, que es finalmente la que legaliza todo. Karina y los Menem, con los que de alguna forma comulga ahora Francos, se quejan "del Nunca Más, Cristina, eje de la estrategia de campaña ideada por Caputo. Dicen que es una consigna vieja y que no funciona. Y que fue un error nacionalizar la elección. También tienen algo de razón. Milei armó otra mesa para negociar con los gobernadores, y puso de ministro del Interior a Lisandro Catalán, un funcionario amigo de Francos, que avanzó así en su" casillero. También sumó al ministro Caputo para que puedan decidir sobre números. Otra concesión a las provincias: discutirán las partidas del presupuesto, algo que hasta ahora habían rechazado. El mensaje a los gobernadores fue: no le damos el manejo de las ATN pero ustedes definirán la composición del gasto, cuidando un límite: mantener el superávit fijado con el Fondo. Falta un mes y medio para la elección de octubre. Si con dos años de inflación en baja la macro no llegó a la micro, tampoco va a suceder ahora. Pero será una elección distinta, porque habrá boleta única y no soportará el peso del interés local que tuvo en Provincia. El Gobierno apuesta a reducir la diferencia. Caputo, el ministro, se dio tiempo para correrse a Carajo, el canal de streaming del Gordo Dan, y lanzar un nuevo teorema: cómo ganar perdiendo. Podría enunciarse más o menos así: necesitamos gobernabilidad, mayoría en el Congreso no vamos a tener. Lo nuestro va mucho más allá de estas elecciones, que están sobredimensionadas. D acuerdo, campeón. ¿Y cómo pensás conseguir gobernabilidad? ¿Apostando al Prode? Menciones: Kicillof, Cristina, Milei, Caputo, La Campora, Macri, Frane Selak, River, Menem, Francos, Lisandro Catalán, Gordo Dan, Parravicini, Sebastián Pareja, Luis Juez, Guillermo Francos, Pedro Lantaron, Santiago Caputo, Bondarenko
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