![]() Diego Spagnuolo. Del "mejor amigo" al "hombre bomba" Hugo Alconada Mon Javier Milei forjó un vínculo de confianza total con el ahora exfuncionario que podría colocar al Gobierno contra las cuerdas; sus temores, sus amistades, sus oscuridades EL PERFIL Hugo Alconada Mon LANACION Diego Orlando Spagnuolo quiso ser legislador nacional. Quedó a un paso. Le prometieron la Secretaría General de la Cámara de Diputados de la Nación. Le fallaron. Se ilusionó con la presidencia de Aerolíneas Argentinas, pero Javier Milei, ya presidente electo, le replicó que sería “mandarlo al muere” porque quería “romperla” para privatizarla. Y terminó al frente de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis). Hoy, mide sus primeros pasos en los tribunales. Escogió a un abogado que ya tuvo a un “arrepentido” como cliente. Y podría, también, ir por un habeas data. ¿Para qué? Para que la Justicia determine si lo espiaron desde el Estado. “Acelerado”, “laburador”, “bocón”, “responsable”, “desbocado”, “cumplidor”, “desaforado”. Spagnuolo acumula definiciones de aquellos que lo tratan desde hace años. Aquellos que conocen su gestos de desprendimiento —como ser capaz de subirse a un auto y manejar durante horas para ayudar a un amigo—, pero también sus zonas más arduas, entre la ansiedad, las fobias, los ataques de pánico y otras cuestiones más oscuras. Cumplió 51 años el 23. Pero no llegó a festejarlo. Tres días antes, le arruinó los planes Carnaval, el canal de streaming donde meten Jorge Rial y Pablo Toviggino, la mano derecha de Claudio “Chiqui” Tapia. Comenzó a difundir audios suyos recortados que desataron el mayor escándalo que afrontan los hermanos Milei desde que llegaron al poder. Spagnuolo, vale la aclaración, es “team Javier” desde que José Luis Espert los presentó, años atrás. El diputado prefiere ahora negarlo ante la consulta de La Nación, aunque en Twitter le dedica mensajes arroba dos a @Rainer_Wolf, como en 2020, cuando lo saludó por su cumpleaños, con una foto posando juntos frente a un torta (https://x.com/jlespert/status/1297688283640737792). Acaso porque cuando Espert y Milei se distanciaron, antes de las elecciones de 2021, Spagnuolo se fue con “Peluca”. Pronto fueron inseparables. Almorzaban juntos, circulaban juntos, cenaban juntos. Milei lo presentaba como su “mejor amigo”, recuerda Marcela Pagano, y luego como su abogado, para terminar como su apoderado general en octubre de 2024. Años, aquellos, en que Spagnuolo lo trasladaba en su auto y dirimía gratis sus cuitas en los tribunales. Y afuera contra el entonces presidente Alberto Fernández —como denunciante o denunciado— o contra periodistas varios. Ala hermana Karina, sin embargo, Spagnuolo no le caía demasiado en gracia, cuentan desde La Libertad Avanza. Buscó insertar una cuña entre ambos o, según sus acólitos, un grado —o dos también— de separación. Y ya fuera por eso o por decisión propia, Javier comenzó a pedirles a algunos allegados que le ayudaran con Spagnuolo. Lo definía como “un tipazo”, aunque algo “tímido”, sin experiencia en la política. Así fue como el abogado calvo quedó bajo el ala del luego diputado nacional Oscar Zago. Pero también pasó por Ramiro Marra, por Victoria Villarruel, por Carlos Kikuchi, por Carolina Píparo, por Sandra Pettovello y por Pagano, entre otros, sin terminar de forjar vínculos consistentes con ninguno. Algunos de ellos lo vieron como una oportunidad para acercarse a —o sumar puntos con— Milei; otros, como un dolor de cabeza. “Es un muchacho muy ansioso, con dificultades para manejar el estrés, que tiende a reaccionar como un ‘polvorita’ o un nene cuando algo no le gusta”, dice Osvaldo Marasco, quien le abrió los brazos a Spagnuolo a pedido de Zago. Le dedicó horas en la confitería Zoo de Ituzaingó, donde hablaron de yoga y de fobias, y hasta llegó a regalarle el libro de un psiquiatra. Terminaron distanciados. Quienes lo quieren a Spagnuolo y lo acompañan por estas horas insisten en que es un buen tipo, puro corazón, que está solo —sin pareja y lejos de su madre, que vive en Bahía Blanca— y que avanzó en la vida por mérito propio. Como letrado laboralista y dedicado a los reclamos por “daños y perjuicios” construyó su casa en un country, y trabajó también para las municipalidades de José C. Paz, de Tigre y de Pilar, donde asesoró a Carlos Kambourian en la Secretaría de Salud durante la intendencia de Nicolás Ducoté. Pero el ruedo político, coinciden los doce interlocutores consultados por LA NACIÓN, no era lo suyo. ¿Ejemplo? “Se fue con Victoria [Villarruel] cuando Karina ya la tenía entre ceja y ceja. ¡Fue lo peor que pudo hacer!”, recuerda uno de ellos. Insistente como pocos, coinciden también los consultados, Spagnuolo logró preservar el vínculo con “Javo” y figuró entre los que ingresaron al Hotel Sheraton Libertador, una y otra vez, tras el triunfo en el balotaje, cuando el gobierno libertario comenzó a tomar forma. “Acordate de que quedó a la puerta de ser diputado nacional. Si alguno renunciaba, entraba, pero no entró”, cuenta uno de sus otroras sherpas. “Lo fue a ver a Javier. Y le debe haber roto las pelotas hasta que le dio ese cargo en la Andis”, estima. En rigor, a Spagnuolo también lo habían ilusionado con un cargo alto y relevante en el Congreso, pero la promesa se diluyó en el aire. Y fue a pedirle la presidencia de Aerolíneas Argentinas, pero Milei le replicó que enviarlo allí sería darle un caramelo amargo, que quería desfinanciar la empresa y romperla para privatizarla en dos años. Entonces medió Pettovello, que le planteó al Presidente electo colocarlo al frente de la Andis. ¿Quién mejor que alguien de máxima confianza para depurar las pensiones por discapacidad que había otorgado el kirchnerismo? Y allí fue Spagnuolo. El 28 de diciembre se confirmó su designación como director ejecutivo de la Agencia Nacional de Discapacidad. Y entró como elefante en un bazar. Su primera tormenta se desató en enero, cuando la resolución 187 de la Andis incluyó términos vetustos y ofensivos —“idiota”, “imbécil” y “retardado mental”— para clasificar distintos grados de discapacidad intelectual. Previsible, cosechó el rechazo inmediato de asociaciones, familiares y especialistas, y debió dar marcha atrás. Esos y otros traspiés no le restaron acceso al Presidente. Hasta su despido, era el funcionario con más ingresos registrados (38) a la quinta de Olivos desde diciembre de 2023, donde compartió veladas dominicales de ópera con el economista Juan Carlos de Pablo, por ejemplo, pero también al menos un encuentro con Mauricio Novelli, uno de los protagonistas del lanzamiento y derrumbe de la meme coin $LIBRA. ¿Le informó Spagnuolo a Milei sobre los desmanejos que detectó en la Andis con las droguerías? ¿Señaló a Eduardo “Lule” Menem en algún momento? Sus íntimos dicen que sí. Los voceros oficiales y oficiosos del Gobierno juran que no. Por lo pronto, tres diputados del espacio libertario confirmaron por separado a LA NACIÓN que Spagnuolo venía quejándose de la situación desde hacía al menos seis meses, lo que también confirmaron, on the record, el consultor Fernando Cerimedo —dueño del portal La Derecha Diario— y la diputada nacional Marcela Pagano. Los dichos de Alejandro Fantino en el canal Neura de streaming, en julio de 2024, alientan esa hipótesis. Con Spagnuolo a su lado, el conducto alertó sobre “gente genéticamente voraz” que podía usarlo “como forro”, para luego tirarlo a la basura. “Tenés que tener cuidado. Hay que tener cuidado que no pase ni en Totora, Santa Fe, ni en Lule, Tucumán”. El nombre correcto de la localidad es Lules, pero Fantino omitió la “s”. ¿Error o mensaje? No son pocos los que, en esas circunstancias, le recomendaron a Spagnuolo que juntara evidencias y alertara a Milei. O que renunciara, como el diputado nacional Guillermo Montenegro. Pero, al parecer, el momento de la verdad no llegó por iniciativa propia, sino de un tercero. O, en este caso, de una tercera: Pettovello. “Diego se quejó con Sandra, que fue con el cuento a Milei, que lo llamó a Diego, que le contó sobre Lule y al parecer sobre Karina también”, cuentan junto al ahora exfuncionario. —¿Y qué pasó? —Karina lo llamó después para comunicarle que él no iba a hablar más con Javier. El final comenzaba a escribirse. Menciones: Javier Milei, Diego Spagnuolo, La Nación, Aerolíneas Argentinas, Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), José Luis Espert, Rainer Wolf, Marcela Pagano, La Libertad Avanza, Oscar Zago, Ramiro Marra, Victoria Villarruel, Carlos Kikuchi, Carolina Píparo, Sandra Pettovello, Osvaldo Marasco, Hotel Sheraton Libertador, Jorge Rial, Pablo Toviggino, Claudio "Chiqui" Tapia, Fernando Cerimedo, La Derecha Diario, Alejandro Fantino, Neura, Pettovello, Sandra, Karina, Lule, Tucumán, Totora, Santa Fe, Juan
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