![]() DEL EDITOR Milei paga el costo de llevar marginales al poder. Por favor, no te enfermes, Francos Ricardo Roa Si algo le faltaba a Milei era que el kirchnerismo lo corriera con la corrupción. Y eso es lo que está pasando. Nadie sabe si los audios de las coimas lo dañarán feo o morirán como el operativo puf que buscaba bajar la causa Cuadernos. ¿Qué se ve por ahora? Que el que vino a terminar con los robos en el Estado no puede explicar cómo le dio a un marginal como Spagnuolo las riendas de una agencia que maneja unos 4.000 millones de dólares al año. También cuesta entender que Spagnuolo, su abogado de confianza, se moviera por Olivos casi como por su casa: el registro canta que visitó a Milei más veces que cualquiera de los ministros. Y eso que de economía, que es de lo único que le gusta hablar a Milei, Spagnuolo no sabe/no contesta. Eso sí: chapeaba todo el tiempo con esa relación tan especial. Circulaba sin patente, y en las reuniones del gabinete de Salud, cuando había algún problema, repetía: "Eso lo arreglo el domingo con Javi". Hay otra cosa por explicar pero quien debe hacerlo, si puede, es el propio Spagnuolo: por qué le pidió a Milei que lo pusiera justo en la Andis, que se encarga de la discapacidad y de la que nadie tenía idea de que existiera antes del escándalo. Spagnuolo no tenía ninguna relación con el tema, salvo haber asesorado, en Pilar, al doctor Carlos Kambourian, del que se recuerda, más que su paso, su sonora salida del Garrahan. En el archivo figura también que Spagnuolo armó Galaxy Medical para "comercializar bienes relacionados con la salud". ¿Qué vendía? Otro misterio. Spagnuolo hace derecho civil y fue empleado de varios municipios del Conurbano. Cualquiera supone que iba a engancharse en la Procuraduría o en algo similar. Pero no. Y no queremos pensar mal, pero a veces hay que ser malpensado: ¿De dónde surgió su entusiasmo por la Andis? ¿Fue por el bronce, como dice, o por la caja? Por supuesto, la pregunta del millón es quién o quiénes lo grabaron. Y la del medio millón: cuándo y cuántas veces. En el Gobierno no lo saben y por eso no saben qué decir, excepto lo obvio: que hay una operación política. Claro que la hay. Y claro que droguerías y medicamentos son una vieja y jugosa caja de la política. Pero lo que se discute es otra cosa: la confesión de un funcionario muy cercano al Presidente que boconea y dice que en el organismo que dirige sigue la corrupción y se pagan coimas y que esas coimas van para la Corona: Karina y los Menem. Algo tenía que salir a decir y a Milei lo traicionó el subconsciente y dijo: le afanamos el afano. Pese al fallido, nadie dice que Milei esté en algún afano. Todos los caminos conducen a que Spagnuolo fue grabado por su amiga Marcela Pagano y su esposo Franco Bindi. Dicen que la hicieron en el Petit Colón, uno de los bares notables de la Ciudad frente a Tribunales, donde se está investigando esta historia. Hay más de una grabación y ésa, la de la confesión de coimas, sería la primera. Fecha posible: primer semestre del año pasado, cuando Pagano aún era una encendida libertaria. Después se llenó de odio contra Karina y Martín Menem porque la bajaron de la presidencia de la Comisión de Juicio Político. Como decía Bertrand Russell: uno tiene las creencias que conviene a sus pasiones. Hay marginales en todos lados, pero en el mileismo hay más. Spagnuolo alardea, habla hasta por los codos, pero no parece un cantamañanas, como llaman en España a los fantasiosos. Llegó de la mano de José Luis Espert. Un dato: la ministra Sandra Pettovello, que no se traga casi nada, lo tenía bloqueado. Pagano es experiodista pero se hizo famosa por llevar un megáfono a Diputados como si fuera a una cancha de fútbol, por tirarse agua y pelearse a los gritos, como en un boliche de la Costanera, con otra legisladora que cultiva la reflexión y el bajo perfil: Lilia Lemoine. Las dos ayudan a mejorar la calidad y la imagen de la política. Anotemos: Spagnuolo, Pagano y Lemoine son de las Fuerzas del Cielo. Es como una pelea de familia. La historia de Bindi es otra. Pasó por muchos lados, como los servicios de informaciones, y al lado del ultracristinista Leopoldo Moreau ocupó un lugar en la Bicameral de los Servicios de Inteligencia. Durante el macrismo se exilió en Caracas y armó relaciones y negocios varios con el chavismo. Ayudó a Cristóbal López a meterse con el petróleo bolivariano y a su socio Javier Raidán, que defendió a los venezolanos del avión en Ezeiza. Cristóbal lo puso en la Corte de Chubut. Acá, Bindi manejó estaciones de servicio de Pdvsa y llevó a Evo Morales, ahora en la clandestinidad, al cumpleaños 63 de Alberto Fernández, a quien le encantaba darse baños de progresismo. Otro dato para ubicarlo: Bindi trabajó o trabaja para el gobernador de Santiago, el exradical Gerardo Zamora. Muy amigo de Zamora es Pablo Toviggino, el hombre de Sergio Massa que maneja la plata de la AFA y se mueve detrás del canal de streaming kirchnerista que difundió los audios de Spagnuolo y, el jueves, otro de Karina Milei. La hermana del presidente fue grabada al parecer en la Rosada. No se oye una conversación sino un discurso, donde dice que trabaja mucho y que hay que mantenerse unidos. Más que perjudicarla, la victimizó. ¿Qué sentido tuvo difundirlo? Sólo avisar o amenazar que llegarán otros audios. Quédense, porque ahora viene lo mejor. ¿Y qué onda con los Kovalivker, dueños de la Suizo Argentina? Gracias al gobierno desplazaron a Droguerías del Sud y son la droguería que más factura. Intermediarios en medicamentos y con la distribución. Tiran manteca al techo: en Nordelta, compraron la casa de su ex vecino, el Cholo Simeone, la echaron abajo y construyeron un garaje para su colección de Porsche. El fundador del clan es Eduardo, al que llaman el poeta porque está dedicado a escribir. Le dejó el negocio a sus dos hijos pero el que corta el bacalao es Jonhattan, amigo de los Menem y que se escapó al llegar la policía. Casi una confesión de culpabilidad. ¿Cómo sigue? A Milei le entró la bala y más: hay desánimo y reproches en su tropa. Encima, están a la vista los líos económicos. Ahora cuesta encontrar quien diga: pongo las manos en el fuego por Karina y por los Menem. Y si lo dice, por las dudas tiene a mano el viejo Pancutan. Todos los caminos conducen a que Spagnuolo fue grabado por Bindi Kovalivker se escapó al llegar la policía: casi una confesión de culpabilidad
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