![]() Editorial de Paulo Vilouta Paulo Vilouta - Conductor RESUMEN: El discurso analiza la situación política actual de Argentina, enfatizando la corrupción y cómo el gobierno debe demostrar que es diferente a sus predecesores. Se critica la falta de empatía y constructividad del gobierno, así como los conflictos internos entre sus miembros y aliados. Se menciona la necesidad de un cambio en la conducta política, y se pone énfasis en la importancia de la justicia y la transparencia para recuperar la confianza en las instituciones. El orador expresa su preocupación por la influencia de la corrupción en la sociedad y aboga por un registro claro de los problemas pasados para avanzar hacia un futuro más saludable. --- TRANSCRIPCIÓN COMPLETA: y todo el día sol pleno con una máxima de 21 grados. Me tomo un minuto como todos los días en un momento muy, muy particular en el comienzo de una semana donde el gobierno argentino juega el partido tal vez más importante de los últimos tiempos, en lo que yo creo que es una prueba de fuego, donde tiene que demostrar que es distinto a gobiernos que lo anteceden y que no se puede naturalizar la corrupción si existe. Después de este escándalo con Andes y todo este revuelo en esta Argentina tan particular, porque no hay antecedentes en las últimas dos décadas de cámaras legislativas, diputados y senadores sesionando tan frecuentemente a menos de dos semanas de la elección en la provincia de Buenos Aires y a menos o un poquito más de un mes de la elección nacional en el mes de octubre. Además, con temas tan sensibles, jubilaciones, universidades, Garrahan, discapacitados, todo de altísimo impacto, impacto social que expone mucho los problemas que tenemos y la oposición lleva a que el gobierno es un gobierno cruel, un gobierno insensible, con falta de empatía y con falta de generosidad para gente que la está pasando realmente mal. El gobierno hoy sufre también esto en el Congreso como consecuencia de sus malos tratos y de la poca capacidad para hacer política. El gobierno argentino se ha peleado con todos. Se pelearon con su vicepresidenta, Villarruel ; se pelearon con gran parte de los senadores, de los diputados que fueron aliados en un primer año donde, siendo pocos, lograron mucho, con casi todos los gobernadores donde se metieron en sus listas para tal vez tener algún concejal más, vaya a saber cuál es el criterio. Se pelearon con el jefe de gobierno porteño, con Jorge Macri; se pelearon con los propios que hablaron y armaron bloques externos y se fueron 150 funcionarios. Y hoy siente la debilidad cuando tiene que salir a defender lo que es algo que lo tiene que distinguir porque los argentinos estamos realmente hartos de la corrupción. Hoy lo importante, para mi gusto, no es estar preocupados en si el audio se grabó de un modo o se grabó de otro modo. Hoy para mí no importa tanto de dónde viene, cuándo fue, sino si es verdad o no es verdad. Eso es lo importante porque no podemos naturalizar más la corrupción. Me parece que ya estamos cansados de vivir en un país que permanentemente naturaliza la corrupción. En los tiempos de Carlos Menem, que fue un gobierno con mucha corrupción, la gente decía: 'no, pero el voto licuadora', y porque por la convertibilidad puedo acceder a ciertas cosas. Después, con el kirchnerismo, empezaron con esta historia, 'roban pero hacen'. Uno después ve los números finales de pobres, de indigentes, de jubilados a 300 mil pesos. Y dice: '¿qué es lo que hacen? Robar para ellos.' Me parece que ya tenemos que dar un salto donde nosotros como argentinos tenemos que poner un límite final en esta historia. El límite que ha puesto la justicia en la Argentina. Porque me parece que a partir del momento en que una expresidenta está presa por corrupción, la justicia está diciendo: 'señores, se terminó la joda de la corrupción en la Argentina.' El que joda con la corrupción termina preso e inhabilitado por vida. Cristina Fernández está inhabilitada de por vida. Y pareciera que muchos todavía no lo entienden y juegan con fuego en un estado que le cuesta mucho controlar. En un estado que tiene muchos atajos para que existan cosas que ya no tendrían que existir. La justicia levantó la vara. Ahora dependerá de la conducta de los funcionarios y de la conducta nuestra a la hora de votar. No aceptaron ficha limpia hace dos o tres meses en la Argentina. Y lo naturalizamos, che, porque no hubo ningún espacio salvo el PRO que quiso realmente que ficha limpia en la Argentina se aplique. No, lo que pasa es que estamos con la proscripción, siempre con algún verso o algún atajo para seguir metidos en un mundo donde algo huele mal. Y realmente esto es llamativo, ¿no? Primero por la incapacidad de algunos funcionarios. Segundo por la paridad que existe entre algunos organismos que tendrían que estar, pero cuidado con suma delicadeza, porque hablamos de cosas muy sensibles, como personas que sufren una discapacidad. En una Argentina que de 70.000 pasó a 1.200.000 sin escala. Y porque vuelvo a repetir, tenemos que poner punto final a un pasado que nos metió en un barro y en un fango terrible. El gobierno argentino se juega una prueba, más allá de que a gran parte de la sociedad no le importe un bledo, porque han hecho del país una cuestión de fe. Y si yo quiero a Milei, no es corrupto. Y si yo quiero a Cristina, no es corrupta. Y un país no se mueve así. No es una cuestión de sentimientos, es una cuestión de situaciones. Acá hay gente que no admite cosas y que utiliza la vida para estar en un bando o en el otro. Y no solamente con la política. Vivimos una semana escandalosa por la película de Franchella. Se mete esta interna, esta grieta inmunda en medio de todo esto. Y si Franchella un día dijo algo, yo estoy a favor o estoy en contra. Se vive en el fútbol, donde metieron la política en muchas instituciones. Y de acuerdo a quien gobierna o a quien dirige el banco de suplentes, adhieren o no adhieren porque están enfermos. Enfermos de grieta. Enfermos de enfrentamiento. Y han hecho, gran parte de la sociedad, un país totalmente desquiciado. El gobierno argentino, repito, debe demostrar que es distinto y que no naturaliza la corrupción. El gobierno no puede lesionar un activo político que es la honestidad de la gestión. Lo prometía el propio Javier Milei en plena campaña. Esto decía el presidente. A ver. Sospecha barra sombra de corrupción sobre algún miembro del gobierno fue eyectado absolutamente. Es decir, yo digamos encuentro a alguien con la mano en la lata, no tengo ningún problema de ponerle un cañonazo en la cabeza. Es que las hace y las paga. Digo, casi que sería un esquema persa. Y si te agarro robando, te corto la mano. A ninguno le pongo un torpedo en la cabeza, a él que sea, me importa nada. Mi compromiso es con los argentinos. Yo tomé un compromiso con los argentinos. O sea, yo soy un outsider y yo, digamos, no me siento parte de la política, me siento parte de los argentinos. El presidente se sentía y espero que se sienta parte de los argentinos. Y llegó como consecuencia de la ola de corrupción brutal que vivimos los argentinos. Y hoy, más allá de una elección que se puede ganar o perder, la gente juega el prestigio o no de un espacio político que está ajeno a la política, por lo menos hasta el día que ganó. Se juega algo muy, pero muy fuerte. Yo creo que avanzamos, así como estamos en este retraso brutal de la grieta, avanzamos en que la corrupción, nos dimos cuenta, mata y mata de verdad. Tenemos chicos que no comen cuatro veces por día, jubilados que están en indigencia porque los hicieron meter en un sistema de 300 lucas. Un país en ruinas, en infraestructura. Un país con pocos ricos, desde el afano y con mucha gente en la desesperación de las necesidades. Un país que tuvo que ajustarse, que tiene una deuda impresionante y un país que va a llevar décadas para poder sacar un poquito la cabeza abajo del agua. Y para terminar, ojalá que algún día este tipo de casos donde se juegan cosas tan trascendentes, que no solamente pasa por el prestigio de un presidente, sino pasa por ser un país, alguna vez derecho, hecho y derecho, donde podamos sentirnos orgullosos, estamos en un país que progresa, en un país donde me rompo el alma pero me da algún tipo de satisfacción, en un país donde veo que los dirigentes políticos están a la par nuestra, veo el comportamiento de algunos que tienen que llamarse a silencio porque son del club de la corrupción. El kirchnerismo dando clases de moral en este caso, por favor, llámense a silencio. Primero reconozcan que Cristina Kirchner está presa por corrupción, después de haber pasado por 19 miembros de la justicia, fiscales, jueces, y después opinen. Algunos son perritos falderos, decía temprano, esos que le tirás el palito y vienen corriendo y no te vengan a la casa. Otros, que le tirás el palito y vienen corriendo y te lo traen. Bueno, hacen lo mismo, van corriendo y vienen diciendo corrupción, corrupción, en otro lado. Primero miren la propia y admítanla. Y después no festejen corrupción ajena, preocúpense que haya más corrupción si la justicia la confirma. Porque en un país de corruptos terminamos siendo un país de pobreza, un país de indigentes, un país de gente que le falta absolutamente todo. Y para terminar el minuto, veía la desesperación de muchos periodistas oficialistas tratando de 'me despego' en caso que haya corrupción. Y la desesperación de muchos militantes del kirchnerismo diciendo: 'en un país serio por esto de Andes un gobierno cae.' Yo creo que en un país serio hubiese caído también un gobierno que en medio de una pandemia atroz hace una fiesta en Olivos y no cayó. Yo creo que en un país serio cae un gobierno que hace de la vacuna del COVID un festival y un vacunatorio VIP y no cayó. Yo creo que en un país serio cae un gobierno en el que muere un fiscal 24 horas antes de tener que ir al Congreso de la Nación para mostrar un pacto de impunidad con Irán, el enemigo, y no cayó. Yo creo que en un país serio cae un gobierno que está involucrado en casos de corrupción como 'Hotesur', 'Los Sauces', 'Vialidad', 'Ruta del Dinero' y 'Cuadernos' y no cayó. Yo creo que en un país serio cae un gobierno si tiene un vicepresidente que se queda con la imprenta que daba nada más y nada menos que nacimiento a los billetes en la Argentina y no cayó. Y yo creo que en un país serio cae un gobierno si tiene un presidente violento que le pega a las mujeres y que hoy tiene una causa atroz y no cayó. Así que para hablar de gobiernos en caída libre, primero hagamos un resumen de todo lo que no pasó en la Argentina. Ah, y no se olviden, luchamos por ficha limpia y parecía un tema menor y hoy parece ser el tema mayor de todos los argentinos. Horas decisivas, horas claves, me importa muy poco la campaña, me importa muy poco saber si esto beneficia o perjudica a un sector al otro. Lo que me preocupa y lo que me ocupa como ciudadano, como habitante, más como estas condiciones que como periodista, es saber si este gobierno va a lesionar su activo político, el que prometió cuando ganó Javier Milei, un outsider de la política. La honestidad y la transparencia sobre todas las cosas para no ser un problema.
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