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28/07/2025 08:10 La Red - Vilouta 910

Editorial de Vilouta
Paulo Vilouta - Conductor

RESUMEN: La preocupación por la creciente cultura del insulto y la descalificación en Argentina, reflejada en las interacciones en redes sociales y en el discurso político, destaca una tendencia inquietante hacia la agresión verbal e institucional. Se menciona que desde 2023 se han registrado más de 27 millones de insultos en redes, con Javier Milei como un destacado exponente. A pesar de esto, la sociedad responde positivamente a la conciliación y el respeto, evidenciado por la imagen favorable del jefe de gabinete, Guillermo Franco. Se enfatiza la necesidad de fomentar el respeto mutuo y el diálogo, en lugar de la agresión.

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TRANSCRIPCION COMPLETA:
Solo catorce grados. Me tomo un minuto como todos los días, y prestaba atención a lo que pasó el sábado en la rural y lo que fue también una fiesta nuestra en la fiesta de la radio, con periodistas y colegas en la noche de anoche. ¿Y por qué lo asociaba? Porque el sábado estaba muy pendiente de que no tuviéramos ningún delirio en la rural que afecte la institucionalidad del país, porque estamos acostumbrados, lamentablemente, a vivir de un modo muy agresivo. Estamos en la era de los insultadores seriales. Y la verdad que esto me tiene un tanto preocupado, inquieto, no porque el insulto me resulte imposible de contrarrestar, porque muchas veces un insulto se puede contrarrestar con otro tipo de acciones, con diálogo, con inteligencia, demostrándole a la persona que está equivocada. Yo no hablo de la mala palabra, sino hablo del insulto, cuando el insulto forma parte de una descalificación, de un maltrato, de un destrato hacia otra persona. Y hoy traje unos datos de la consultora ad hoc, que se especializa en comunicación digital, y realmente esto es duro y llamativo, porque una cosa es el mundo de las redes sociales, fundamentalmente de Twitter o de x en estos tiempos, donde hay un grupo de gente que se ha dedicado a vivir del insulto, de la descalificación, de la falta del respeto, de darle like a todo lo que es desagradable, todo lo escatológico, todo lo que hiere, todo lo que lastima. Pero si nos apartamos de la red social vemos que esto forma parte de lo cotidiano, y hoy tenemos un presidente que desde que comenzó su gestión utiliza el insulto como moneda corriente. Desde comienzos del dos mil veintitrés a hoy, en las redes sociales se publicaron más de veintisiete millones de insultos, dice esta consultora. Son números realmente muy, muy duros. En la Argentina nosotros pasamos de veintidós mil insultos diarios a más de cuarenta mil por día. Esto significa que en una hora tenemos mil ochocientos insultos, mil ochocientas descalificaciones. Milei, como usuario, no como troll, ha publicado mil quinientos ochenta y nueve insultos. Es bravo, Y esto luego se va retroalimentando, porque mucha gente que adhiere a estas formas lo tuitea o le pone un like o utiliza otra red social para poder llevarlo a cabo. ¿Qué significa esta forma de manejo? Para mí en en la Argentina pareciera que si vamos a las patadas tenemos más fortaleza, somos más respetados, nadie nos va a hacer frente, y me parece que es todo lo contrario, lo que hoy la sociedad pide. Ayer escuchaba colegas que subían al escenario a agradecer sus premios, muy sorprendidos por el momento de Javier Milei, que por supuesto yo no los comparto. Pero, digo, tal vez no estaban tan sorprendidos en los tiempos del kirchnerismo que ha hecho de la falta de respeto y el atropello a los periodistas y a los oponentes, que los trató siempre como enemigos y no como circunstanciales rivales, han hecho de eso casi, casi también una costumbre. La señora Kirchner ha utilizado un catálogo también de insultos para destratar gente. Por supuesto que los retratos de Cristina Kirchner no justifican los de Javier Milei, sino lo que habría que hacer es haber combatido los de Cristina Kirchner para que no lleguen los de Javier Milei. Porque si no, está esta argentina sube y baja que dice, che, como como lo decía ella, lo puede decir él. No, no, no, no. Como lo decía ella, hagamos lo posible para que no lo diga él. Si no nos conformamos en la mediocridad permanente y sistemática que tiene la Argentina, la señora desde un colaborador suyo, como Parril y con aquella frase, yo, Cristina Pelotudo, o no sé a quién una vez en una forma muy grosera, le dijo que se saturen el orto, cosas por el estilo, inventando ese programa, seis siete ocho, que destrataba a todos los que pensaban distinto, escupiendo gigantografías de de periodistas, la señora Bonafini y parte de de ese gobierno que ya pasó y ya fue formaron parte de ese cultivo que comenzó a gestarse en la Argentina y que hoy tiene amplísima vigencia, porque el insulto está a flor de piel. Y creo que, como sociedad, el viernes, acá Clara Mariño, trajo un resultado contundente. La imagen más alta de los ministros de Javier Milei la tiene el ministro que compone, no el ministro talibán que descalifica y pega todos los santos días desde un lugar que pareciera más un hecho de obsecuencia al presidente Javier Milei que a su propio estilo y a su propia forma. El señor Guillermo Francos, soy jefe de gabinete, tiene la mejor consideración en cuanto a imagen positiva. ¿Saben por qué cuando le preguntan a la gente? Por su capacidad conciliadora. Esto significa que la sociedad argentina hoy destaca la conciliación, y no la irritación, como hecho permanente o como argumento de vida, o como argumento político, o como argumento de relación entre las personas. Y me parece que el gobierno le tiene que prestar atención, porque esto es como los chicos, cuando les festejamos cosas no hay límites, y me parece que tanto Javier Milei como un grupo de ministros o colaboradores hoy creen que desde la descalificación crecen, y creo que viendo el número de Guillermo Francos desde la descalificación decrecen. ¿Por qué? Porque la gente busca la conciliación, y porque en algún momento los tonos, las formas, tan inadecuadas del kirchnerismo hartaron a la sociedad argentina. Y hoy repetimos los insultos, la forma, el estilo, la agresión, algunas palabras muy, muy desagradables, el destrato casi permanente, muchas veces por opinar distinto. Otro exponente muy serio, mentirosos, difamadores, extorsionadores, todas palabras que no argumentan, sino descalifican simplemente por descalificar. Y para cerrar esto, que me parece que se transformó en moneda corriente, anoche asistimos a una ceremonia que era de premiación, y salvo algunos discursos puntuales no tuvimos ningún tipo de exceso por parte de de colegas, y hubo una frase que que yo la tomo como una frase muy importante para este tipo de momentos, ¿no? Cuando ganó su premio nuestro colega Gustavo Silvestre, el gato que durante mucho tiempo también fue compañero nuestro aquí en la radio, dedicó su premio también a quienes fueron sus compañeros de terna, y dijo una frase que es muy interesante, porque dentro de la terna estaban colegas y compañeros que piensan distinto, como Eduardo Feinmann, y dijo, se lo dedico a tal, a tal, a tal, y a Eduardo, porque pensamos distinto, pero nos respetamos. Y me parece que es la síntesis de la Argentina. Podemos pensar diferente, podemos ver las cosas de distinto modo, sería interesante que todos sobre algunos temas tengamos la misma visión, que no hagamos cuestiones de fe, sino que hagamos cuestiones de veracidad sobre los hechos, pero como dijo Gustavo, respetándonos, respetándonos, que es lo que está faltando hoy en la Argentina. Cuando quienes son los circunstanciales, número uno, hoy Milei y ante Cristina Fernández, no hacen o no dicen las cosas que hay que decir o no componen de la forma que hay que componer, después vemos cómo, por debajo, muchas cosas se degradan, muchas cosas se justifican, y muchas cosas que están mal para muchos terminan siendo cosas que están bien. Podemos pensar distinto, pero tenemos que respetarnos. Esto es palabra sagrada. Ojalá, ojalá, ojalá que podamos entenderlo alguna vez los argentinos para poder despegar, para poder crecer y para poder utilizar toda la energía brutal que tenemos los argentinos en que el país crezca y que no esté permanentemente en declive, con actitudes y con energía mal utilizada fundamentalmente desde la intolerancia, la falta de diálogo y la falta de capacidad para entender que aún pensando todos diferentes, todos podemos ser una misma cosa porque somos lo mismo, somos argentinos. Ocho de la


#29981713   Modificada: 28/07/2025 08:49 Duración del audio: 9' 17"
Cotización de la nota: $6.684.000
Audiencia: 123.000