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31/05/2025 La Nación - Nota - Opinión - Pag. 29

EMPRESARIOS & CÍA.
Fábula de Toto y la docena: la campaña es el IPC
Francisco Olivera —LA NACION—
El ministro de Economía adquirió una impronta que no tuvo durante la administración de Macri; tiene una necesidad circunstancial: trabajar las expectativas de la inflación

Como todo se mide y se interpreta ya en términos electorales y hay que salir a buscar votos de Pro, en el equipo de campaña del Gobierno no cayó bien que el ministro de Economía se peleara con Ricardo Darín. No solo por el tono con que Luis Caputo inició lo que después fue un simposio nacional sobre el precio de las empanadas, sino además por el adversario elegido. ¿Justo con el protagonista de la serie del momento? ¿Con quién, puesto a optar, se quedaría el votante?, se preguntan desde el domingo los estrategas oficialistas. "Darín es Messi", definió uno de ellos.
Pero Caputo recibió ayer un aval del propio Milei. En una columna que publicó en Infobae, el Presidente recordó el episodio y volvió a ser sarcástico. "Muchas gracias, Ricardito, por tus empanadas de sapo", escribió. Habrá entonces que adecuarse. Nada nuevo para especialistas en comunicación que van confeccionando una estrategia ex post, siempre según la personalidad y las reacciones del líder. Ya había pasado ese mismo domingo más temprano, en el tedeum, con el no saludo a Jorge Macri y Victoria Villarruel. El arquitecto de esta estética de lo espontáneo es otro Caputo, Santiago.
Es cierto que el ministro de Economía ha adquirido últimamente una impronta que no tuvo en su paso por la administración de Macri, con quien incluso tenía un trato más distante. Pero también que tiene una necesidad circunstancial: trabajar las expectativas de la inflación, y eso lo lleva a involucrarse. No parece haber nada más relevante en la campaña que el IPC. "Mayo viene muy bien", anticipan los libertarios.
La otra parte de su trabajo es el repunte de la actividad. En el Palacio de Hacienda lo esperan con mayor nitidez para el segundo semestre. Pablo Lavigne, secretario de Industria, se lo dijo anteayer a cuatro integrantes de la Unión Industrial Argentina que habían ido a verlo inquietos porque, dicen, la recuperación es "heterogénea" y no alcanza a todos. Fueron Martín Rappallini, presidente de la entidad; David Uriburu, de Techint; el textil Luis Tendlarz, y el economista Diego Coatz.
Será el debate de los próximos años. La Argentina está frente a un cambio de régimen y no existe, por las características del modelo, ninguna posibilidad de una expansión generalizada y extensi- ble a todos por igual. Sin inflación que disimule inconsistencias, las empresas están obligadas a ser eficientes. También el Estado, como lo muestra la crisis del Garrahan. Es obvio que hay quienes deberán dedicarse a otra cosa o cambiar la manera de trabajar y que algunos sectores, como la construcción, dependerán ahora solo del crédito y la demanda privados.
Eso condiciona el humor empresarial y la relación con el Gobierno. Ni Milei ni el ministro de Economía irán, por ejemplo, el martes a la reunión de la Cámara Argentina de la Construcción. ¿Incomodaron los planteos que hace un año, con Caputo en primera fila, hizo Gustavo Weiss, presidente de la entidad? Es muy probable. El invitado les dijo a los empresarios que no había quedado molesto. Pero no irá esta vez, y enviará en su lugar a Luis Giovine, secretario de Obras Públicas.
¿Cuánto podría entonces crecer la Argentina? El Gobierno cree que mucho. Confía en el plan para emplear dólares del colchón, una idea que surgió a partir de una discusión interna: ¿cómo bajar impuestos sin afectar el equilibrio fiscal? En el Palacio de Hacienda ven un solo camino: aumentar la actividad o la cantidad de contribuyentes. Juan Pazo, director de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), le transmitió entonces la propuesta a la Casa Rosada y ahí se conformó con Santiago Caputo una mesa a la que se sumaron después Andrés Vázquez, jefe de la DGI, y Santiago Bausili, presidente del Banco Central. Todo sujeto a que salgan las leyes de modificación del régimen tributario, cuyos borradores corrige en estos días María Ibar- zábal, secretaria legal y técnica.
He ahí el desafío. El éxito debe darse concatenado y en varios frentes. Caputo necesita además renovar deuda a tasas razonables para cumplir con los vencimientos sin afectar reservas. Está convencido de que el riesgo país no cae todavía a mayor velocidad porque el último canje de Guzmán se hizo quitando intereses, no capital, y dejó entonces tasas poco atractivas para los bonos en dólares.
Todo eso se juega el ministro en un invierno. Y en campaña. ¿Deberá seguir siendo mordaz, incluso por fuera de su registro discursivo? ¿Cuánto suma el enojo de los funcionarios para recabar votos? Un trabajo de la consultora Casa Tres, de Mora Jozami, se hace esa misma pregunta y la cruza con los resultados de la primera vuelta de 2023. ¿Te gustan las formas del Gobierno?, plantea. Entre los que votaron a Milei, el 83% dice que sí. Los de Massa, en cambio, las rechazan en un 96%. Y lo más peleado se advierte en los de Patricia Bullrich: un 48% aprueba y un 41% desaprueba.
¿Alcanza? En el oficialismo suponen que sí. Pero eso no significa que, más allá de la personalidad del líder y sus ministros, no se intente trabajar sobre el perfil de los candidatos. El de José Luis Espert, por ejemplo, elegido para encabezar la lista de diputados en la provincia de Buenos Aires, que medía en febrero, según sondeos del Gobierno, entre 6 y 7 puntos más que Santilli, pero todavía menos que la marca La Libertad Avanza. Espert es el preferido del Presidente, pero no convence todavía a Karina Milei, aún reticente a perdonarle algunas críticas que tuvo hacia su hermano en la última campaña que los enfrentó, y tampoco del todo a Santiago Caputo, que duda de que parte del discurso del economista pueda resultar despectivo para el votante del conurbano.
Son cuestiones que deberán resolverse en los próximos días. Igual que algunas diferencias dentro de La Libertad Avanza por el modo de hacer proselitismo. Santiago Caputo suele decir que es suficiente con un buen candidato y un mensaje adecuado. Y que no tiene sentido, por ejemplo, aliarse con referentes territoriales que recuerdan a lo más vetusto de la política. Sebastián Pareja, el operador de Karina, prefiere en cambio contar con quienes conocen los barrios. Punteros.
Dos cosmovisiones que cada tanto chocan, y a veces de manera estruendosa. Hace unos días, cuando Pareja publicó en Twitter una foto que tituló "La mesa política" bonaerense, varios militantes le reprocharon que no hubiera incluido ahí a Agustín Romo, presidente del bloque en la Legislatura e incondicional de Caputo. La tensión fue fuerte, y quedó expuesta en el chat de la campaña, donde Romo discutió con uno de los laderos de Pareja, Ramón "Nene" Vera, dirigente peronista formado en el Consejo Escolar de Moreno y de antiguos vínculos con Jesús Cariglino.
Nadie se calló nada y hubo pasajes irreproducibles. La conclusión con que Romo refutó una de las críticas de Vera, por ejemplo, metáfora libertaria recurrente en las redes: "Igual, nos ch... la p... la opinión de los kukas", dijo.
Argumentos de época solo soste- nibles con la inflación a la baja.*

El éxito debe darse concatenado y en varios frentes Caputo necesita renovardeudaa tasas razonables para cumplir con los vencimientos sin afectar reservas


#24426580   Modificada: 31/05/2025 05:27 Superficie artículo: 892.58 cm²
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