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31/05/2025 Perfil - Nota - Política y Economía - Pag. 22
Octubre violeta: señales, tensiones y candidaturas
Roberto García
En un escenario político donde los símbolos pesan, Milei apuesta a marcar distancia del PRO. Mientras tanto, Kicillof enfrenta e l avance de Cristina.
Un mes propicio para Javier Milei, al menos para su divisa violeta en la provincia de Buenos Aires, considerada bisagra para decisiones políticas y económicas posteriores. Octubre, como se sabe, todos los años celebra al Cristo Morado, Señor de los Milagros, al que se encomendó durante 20 años el actual Papa, León XIV, en su prolongada estancia peruana (uno de los lugares en que la devoción popular por el morado o el violeta en esa fecha es más impresionante). Para un Presidente con inclinación mística, esta coincidencia en el color puede constituir una premonición: se ha volcado Milei a esta identidad cromática para distinguirse del amarillo PRO, quizás para sepultarlo. Sería el caso inédito de que un color secundario reemplace a uno básico, inclusive esa imposición se torna una clave en la negociación con el macrismo. No solo hablan de candidaturas. Aunque el peronismo de Kicillof ya decidió que las boletas en el distrito bonaerense para los comicios de medio término no se distinguirán por colores para evitar gastos superfluos, solo serán blancas con inscripciones en negro. Son, por esta vez, más ahorrativos que La Libertad Avanza. También el los, en todo caso, tienen sus propias internas. Por ejemplo, sopor tar la presión de Cristina Fernández de Kirchner para unificar en un solo comicio la presentación de postulantes nacionales, provinciales y municipales, al revés de lo que parece irreversible: dos fechas distintas para separar una de otras (septiembre y octubre), determinación que Axel Kicillof decidió para que los ciudadanos bonaerenses no voten en un mismo día en mesas y mecanismos diferentes. El asedio de Cristina para cambiar ese esquema, manifestado hace pocas horas, obedece a una pretensión más ambiciosa: asimilarse en un mismo acto con la elección de los intendentes, proposición inaceptable para ellos. Sería una nueva forma de disciplinarlos bajo la excusa de que el peronismo no debe mostrar fisuras, ni divisiones. Con ella encabezando el paquete de oferta –sea como diputada nacional o legisladora provincial, tema aún sin definición– corren riesgos indeseables en sus distritos: piensan que podrían perder volumen en las urnas mientras que se garantizan continuidad si van separados de la viuda de Kirchner. Al menos, así dicen ciertas encuestas. Los jefes municipales son, tal vez, el murallón que sostiene al gobernador en su cerril enfrentamiento con la titular del PJ y La Cámpora: constituyen los máximos rivales de una Cristina que empezó a moderarse y plantea una autocrítica al señalar que los tiempos cambiaron y que pocos ya creen en el "Estado presente". Como si hubiera fracasado, justo frente a un Kicillof que hace un culto de la preservación del Estado: el peronismo en llamas. En este nuevo alboroto partidario habrá que incluir la discusión sobre la reelección indefinida de los intendentes, una torta de dulce de leche que el gobernador le reserva a los intendentes al mismo tiempo que una legisladora que toma café en ocasiones con Cristina y se presenta como portavoz, Teresa García, reclama que esa extensión ilimitada también se aplique a miembros del Congreso como ella. Graciosa, no quiere excepciones para nadie que no pertenezca al club. Del otro lado político, también en la misma centralidad provincial, Karina superó a Santiago Caputo: su hermano presidente confirmó a José Luis Espert como primer candidato a diputado en octubre. Fin a un litigio interno, se apagaron otras alternativas propuestas por el influyente asesor y presunto cerebro de la estrategia electoral del Gobierno. Impera en esa decisión el eslógan bala y cárcel para los delincuentes que el lanzado economista exhibe como una cocarda pensando en las elecciones a gobernador del 2027: con algunas diferencias estéticas, se imagina un Cl int Eastwood alcalde de Carmel luego de la fama cosechada por Harry el Sucio. También su designación resulta un tapón contra eventuales pretensiones de primerear por parte de trasvasados del PRO si finalmente se alcanza un acuerdo entre las dos agrupaciones: léase Diego Santilli, quien en todo caso podrá figurar en un segundo lugar o en cualquier otra dependencia. Otro del mismo envoltorio que está para el salto, Guillermo Montenegro, no necesita para brincar una consulta con Mauricio Macri –nunca disfrutaron de la mejor relación– aunque fue embajador de su gobierno en el Uruguay como exilio dorado. Ahora se integró al trío más mentado, junto a Santilli y Cristian Ritondo, línea media para jugar con la camiseta violeta en la futura pugna de medio término. Al intendente de Mar del Plata lo podrían tentar luego con otras preciosuras, del Ministerio de Justicia o de Seguridad. Si que desea partir de ese voluminoso teat ro electoral que es La Feliz, y siempre que Patricia Bullrich suba algún casillero o Cúneo Libarona se aparte de la función, como siempre pregona luego de instalar el sistema acusatorio en el orden nacional. Montenegro fue juez federal, tiene experiencia en Comodoro Py y su traslado eventual sería otra derrota interna para Caputo, quien auspicia a Sebastián Amerio en ese lugar. Demasiadas andanzas y especulaciones en todo el mundo bonaerense hasta un religioso octubre violeta si se cumple lo del Señor de los Milagros, de los morenos, en el mes morado. El otro trío. Karina vs. resto del mundo K: ¿será en septiembre u octubre?
#24419720 Modificada: 31/05/2025 02:31 |
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