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22/05/2025 10:00 Net TV - Modo Fontevecchia

Editorial de Jorge Fontevecchia
Jorge Fontevecchia - Conductor

RESUMEN:


La columna de Jorge Fontevecchia aborda el reciente triunfo electoral del gobierno en Buenos Aires desde una perspectiva económica, analizando la relación entre la convertibilidad y su impacto en el consumo y el endeudamiento. Se menciona cómo, a lo largo de la historia, la estabilidad macroeconómica se ha sostenido a través de un tipo de cambio atrasado y cómo esto afecta el comportamiento electoral. Se discuten las diferencias entre las clases sociales y los riesgos potenciales de sostenibilidad de la economía. Además, se hace referencia a la fragmentación en la clase trabajadora y los peligros de un modelo económico que prioriza la exportación de materias primas sobre el desarrollo industrial.

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TRANSCRIPCIÓN COMPLETA:


Muy buenos días, 22 de mayo, y titulamos la columna de hoy 'Dólar Barato, alegría hoy, problemas de mañana', pues vamos a analizar el triunfo electoral del gobierno en la ciudad de Buenos Aires en clave económica. Durante el mes de mismo la convertibilidad, es decir, la equidad de 1 a 1 el peso con el dólar, esto fue sostenido por privatizaciones y un endeudamiento muy grande que trajeron enormes problemas en el futuro. Durante esos años, la mayoría de la sociedad no quería escuchar sobre la falta de sostenibilidad del esquema menemista y todo el mundo estaba muy feliz; todo el mundo, no, un porcentaje importante, estaba muy feliz con sus compras en cuentas, el boom del consumo que se empezaba a conformar como identitario. La convertibilidad y la hegemonía electoral e ideológica del menemismo son dos fenómenos interrelacionados; es decir, se ganaban las elecciones de la misma manera que se lograba una economía muy estable, y se pueden explicar cada uno como parte del otro. Ya hablamos mucho en estas columnas sobre el apotegma marxista en '18 Brumario', sobre que la historia pasa primero como tragedia y luego como farsa, frase en realidad más que marxista, tomada de Hegel. Ahora estaríamos en la farsa libertaria de aquello; no hay tantos viajes a Miami y un trabajador no puede comprarse un departamento porque el dólar no vale 1, sino 1.145 pesos. Sin embargo, los argentinos festejan consumos más módicos, como irse a Brasil o el sueño de comprarse un iPhone y que la inflación esté controlada. Sin embargo, luego de la enorme inflación durante el gobierno de Alberto Fernández, hacen que, al igual que el menemismo, haya gente que no quiera escuchar sobre el endeudamiento alrededor del cual se sostiene una estabilidad macroeconómica que tiene atraso cambiario como pirámide del esquema libertario. Si Menem era convertibilidad, consumismo individualista y resultados electorales arriba del 40%, inclusive llegando al 49.9 en 1995, Milei es atraso cambiario, tranquilidad inflacionaria, una batalla cultural contra el progresismo y un apoyo del 30% con una oposición fragmentada. Así lo explicó Leandro Santoro ayer en este mismo programa: si vos tenés el dólar barato, tenés más chances de ganar una elección que si tenés el dólar que se te dispara.

Audio Leandro Santoro: Honestamente, creo que va a depender mucho de cómo evoluciona la economía, y la economía va a depender mucho de cómo evolucione el tipo de cambio del régimen cambiario. La Argentina es una conclusión que puede parecer simplista, pero la verdad es que la encuentro como una determinante en la evolución de los procesos históricos, económicos y sociales. Siempre que el dólar está tranquilo y está atrasado, bueno, en general, se contienen los precios de la inflación, el poder adquisitivo del salario se recupera un poco, hay cierto veranito de consumo para un sector de la sociedad, y eso genera una burbuja de bienestar. Eso fue lo que vimos durante la dictadura militar, durante el menemismo, incluso durante una pequeña etapa del macrismo. El problema es cuando el tipo de cambio se reacomoda, y ahí aparecen otras distorsiones de la economía. Las distorsiones que hoy la economía está tratando de ocultar tienen mucho que ver con cómo evoluciona la conducta electoral. O sea, si vos tenés un dólar barato, tenés más chances de ganar una elección que si tenés un dólar que se dispara. Para mí, el dato político que hay que tener en cuenta para entender cómo se resolvió la cuestión electoral es que Milei consiguió un mes antes de las elecciones de la ciudad un acuerdo con el fondo que le dio 20 mil palos nuevos. Eso generó la sensación de que controlaba la economía. Controlando el tipo de cambio, controlás la economía. Esa estabilidad no es solamente una estabilidad cambiaria o financiera, también es una estabilidad política. Ahora, mañana, no lo digo por Milei, lo digo en general: cualquier gobierno tiene que enfrentar tensiones cambiarias y empiezan las preguntas.


Y por su parte, también ayer en el programa analizando el resultado electoral en clave económica, el economista Hernán Letcher señaló que este modelo económico... Vamos a escuchar a aquellos que también están contentos y que han logrado obtener beneficios. Escuchémoslo. Hay un esquema de fragmentación con la clase trabajadora y la gente con ingresos más altos.

Audio Hernán Letcher: A mí me da la impresión de que el proceso, doy una opinión, pero a mí me da la impresión de que el proceso de deterioro industrial, con despidos, con poder adquisitivo que no se recupera y que va con una tendencia a la baja indeclinable, aunque más leve que la que podrías tener en otros momentos, pero a la baja al fin, tarda mucho en generar un cambio de simpatía en la sociedad. Porque me da la impresión que pesa mucho; y algo vimos en la Ciudad de Buenos Aires, que pesa mucho porque estos procesos van acompañados de un esquema de fragmentación de la clase trabajadora, de los trabajadores en su conjunto, de los asalariados o de la gente con ingresos. En el sentido de que hay dos comportamientos muy fuertes y muy diferenciales. Yo lo ilustro así: una persona que gana 30 millones de pesos, que vive con 3 o 4, y ahorra, supongamos, 25 o 26. Los 25 o 26 millones de pesos, medilos en dólares desde que llegó Milei, eso vale el doble. Estoy chocho, estoy feliz. Ahora, el que está en los 3 millones, que gasta todo para comer y vivir, está enojado porque compra 10 o 20% menos que antes. Eso te parte la sociedad a la mitad. Y ese proceso, para el que está abajo, a veces es aspiracional. Entonces, si yo mañana gano 5, 8 o 10, quizás paso a estar del otro lado y me puedo ir al exterior y demás. Me parece que ahí hay una profundidad de transformación que es difícil de medir y que permite que parte de estos procesos se sostengan en el tiempo, a pesar de los dañinos que son para una sociedad en términos de inclusión.


Clarísimo. Y, mientras tanto, hay una sociedad que puede no ver o, fundamentalmente, no querer ver que la tranquilidad del presente o que determinados consumos o la bonanza de un sector de la sociedad está generando endeudamiento y que pueden tener riesgos de sostenibilidad. Y si le sale bien, es una frase que circula en las redes sociales a modo de meme; efectivamente existe esta posibilidad cuando el gobierno dice que todo marcha de acuerdo al plan, parece referirse en términos económicos a la idea de tratar distintos puentes como mayor deuda con el FMI, como los blanqueos y, si le siguiera saliendo bien, conseguir que el riesgo país, por ejemplo, bajase a 300 puntos y entonces pudiera endeudarse con los mercados internacionales, que es lo que sucedió con Macri, con Cavallo. Y, paralelamente a eso, si tuviera suerte y llegaran las inversiones del RIGI que generasen un desarrollo de la minería y al mismo tiempo algún derrame presente, y ganase las elecciones de 2027 y pudiese mantenerse esta estabilidad hasta el 2030, probablemente allí, cuando se proyecta que el cobre, fundamentalmente, el resto de los minerales, el litio, Vaca Muerta, produciendo a pleno, generando el doble de las exportaciones que hoy tenemos, sumando algo más que lo que hoy, incluso, es el campo... En ese momento, cruzado ese periodo, la privacidad macroeconómica ya no se basaría en deuda, sino en el doble de exportaciones sosteniendo un esquema más sólido que, sin embargo, también es un escenario que tiene sus efectos secundarios problemáticos; es decir, de comprobarse la hipótesis de que le salga bien, como dicen las redes, las consecuencias... Habría consecuencias negativas para una parte significativa de los argentinos. En primer lugar, mantener un dólar muy barato para lograr eso genera, como consecuencia, la destrucción de una competitividad de la industria nacional; con ella, una falta de desarrollo tecnológico, y un tipo de cambio bajo también genera el cierre de pequeñas empresas y el aumento del desempleo. Esto se relaciona con lo que se llama la reprimarización de la economía que surge en cada ciclo en el que se coloca un dólar muy bajo. Esto sucedió durante la dictadura militar, encabezada económicamente por Martínez de Hoz , y sucedió también ahora, recientemente, como mencionamos durante los años 90. Cuando se habla de reprimarización de la economía se hace referencia al proceso mediante el cual el aparato productivo de un país muta un esquema donde lo más importante es la industria a un esquema donde lo más importante es la exportación de materias primas. El problema de esto es que este tipo de actividad emplea menos cantidad de trabajadores y tiene menos valor agregado, obviamente, que el de la industria; es decir, el salario agregado en la venta de ese producto. Por otro lado, el problema es de lo que se llama la enfermedad holandesa que también contagió a la Argentina durante dos procesos.


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#23611210   Modificada: 22/05/2025 10:57 Duraci�n del video: 9' 38"
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