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18/05/2025 Perfil - Nota - Política - Pag. 28
PANORAMA CABA VA A LAS URNAS
La sencillez del conjunto
Nelson Castro
Hoy votamos una elección menor, teñida por la intención libertaria de disputarle poder al PRO en su propio territorio.
El clima no ha sido el mejor, pero nada tiene que ver con la meteorología. Sin mucho preámbulo –más bien sin mucho entusiasmo– hoy se vota en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se eligen concejales a los que, pomposamente, se les llamará legisladores de la Ciudad. Hay que decirlo: es una elección muy menor que en nada –absolutamente en nada– cambiará la desvaída gestión del jefe de Gobierno, Jorge Macri, quien, más allá del boato de su denominación, es un intendente. Estas aclaraciones son imprescindibles para entender la disociación de la casta política vernácula, que incluye a La Libertad Avanza, que le ha dado a estos comicios un marco nacional totalmente desproporcionado con la clara intención de disputarle el poder al PRO en su propio territorio, para luego intentar someterlo a voluntad en el resto de las alianzas si es que finalmente se produjeran. La presencia de Javier Milei en el acto de cierre de campaña de Manuel Adorni –del cual fue el orador principal– fue penosa. No hubo ninguna propuesta concreta y lo más "relevante" fueron las descalificaciones dirigidas principalmente al partido amarillo y a su líder, Mauricio Macri quien, a su vez, fue la figura central del cierre proselitista de su primo Jorge. Es lo que hay. Una jugada en espejo que muestra la pobreza y carencia de relevancia de estos comicios. Para decirlo de otra forma, si Leandro Santoro se alzara con el triunfo, todo se habrá reducido en una pelea encarnizada por el segundo lugar. Para completar este panorama mustio, Santoro –quien se dice radical-alfonsinista, pero pactó con lo peor del kirchnerismo sin ponerse colorado y juega en estas elecciones en representación del peronismo– concluyó su campaña en el Aula Magna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, hecho insólito y reprochable. El Aula Magna de la Facultad de Medicina es un ámbito público y plural destinado a actos académicos y no a actos proselitistas. ¿Cómo es que el decano de la Facultad, Prof. Dr. Luis Héctor Brusco, autorizó esto? ¿Será porque la vicedecana de la Facultad, Prof. Dra. Claudia Viviana Negri, integra la lista de Santoro? ¿Cómo es que el rector de la UBA, Prof. Dr. Jorge Gelppi, no alzó su voz contra esto? El propio candidato debió haber declinado esta opción para darle, al menos, una pincelada de honorabilidad a su accionar. Fue una campaña mala –en verdad, muy mala– dominada por la riña. Las ideas que se expusieron fueron pocas y tan pobres e irrealizables que es como si no hubiera habido ninguna. Es penoso observar cómo, elección tras elección, las campañas son peores: paupérrimas en proyectos y súper abundantes en peleas y reyertas que nada aportan. La pobreza cívica e intelectual de gran parte de los candidatos tiene poco o nada para ofrecerle a la ciudadanía. La autocrítica debería incluirnos a todos más allá de la clase política y dirigencial. Me refiero también al empresariado y al sector gremial. Todos juegan. Todos presionan y, por supuesto, todos ponen. Evidentemente, hemos bajado tanto la vara que, en estas circunstancias la apatía parecería dominar el ánimo general de las personas. Los que vinieron a combatir la casta han terminado por adoptar varias de sus formas. El Gobierno apareció con anuncios de medidas que tenían un irrefutable tinte electoralista que en nada se diferenciaban con lo que en similares circunstancias hizo –y hace– el peronismo en general y el kirchnerismo en particular. Incluso adelantó anuncios que finalmente no pudo concretar como el caso de la puesta en circulación en el circuito formal de los dólares que miles de argentinos tienen debajo del colchón. En su gran mayoría, plata no declarada. Propuesta de dudosa talla ética si se la mide con la vara de aquéllos que han cumplido siempre con la ley. Por otra parte, el proyecto tal como estaba podía haberle traído consecuencias jurídicas al Gobierno que, lógicamente, decidió llevarlo a boxes antes de la largada. En realidad, esto es solo el comienzo. El segundo turno será la batalla por la decisiva Provincia de Buenos Aires y, el tercero, las elecciones de octubre. ¿Imaginen por un momento qué podría haber pasado si el escenario de votación actual hubiera sido el Conurbano Bonaerense? La inclemencia del tiempo y la abundante agua caída habrían sumergido el proceso electoral en un escándalo y ahogado las chances de Axel Kicillof y de varios de los intendentes que llevan años aferrados al poder. Volviendo a la realidad lo cierto es que, de aquí en adelante, todo el aparato de gestión gubernamental estará puesto al servicio de los candidatos de La Libertad Avanza. El menú de ofertas parece calcado de gobiernos anteriores: intentar anclar los precios de la canasta básica, no hacer olas que agiten la calma del dólar, pisar tarifas y mantener la inflación bajo control. Salvo este último punto, el resto es historia repetida. Más allá de la eterna discusión sobre la conveniencia o no de un dólar cercano a la banda de flotación inferior, los otros no son objetivos desdeñables; el problema aparece cuando un gobierno se enamora de sí mismo y comienza a echar mano de toda clase de artimañas para acumular poder. Este oficialismo no ha demostrado ser la excepción. Las sospechas sobre lo ocurrido con el desenlace de Ficha Limpia en el Senado y las explicaciones tan poco convincentes terminaron por reforzar un manto de dudas, que no le ha hecho bien a los libertarios ni a la democracia. Javier Milei tuvo la oportunidad de mejorar la calidad de la clase política argentina y no la ha aprovechado; al menos hasta ahora. La sanción de un proyecto como Ficha Limpia es esencial para mejorar nuestra sistema electoral y asestarle un verdadero golpe a la casta, directo a la linea de flotación. Por eso, a pesar de la pobreza de las listas y de la apatía con la que se ha llegado a las elecciones de este domingo, el voto es y seguirá siendo esencial. Es responsabilidad de cada uno de nosotros depurar un sistema que hasta aquí ha demostrado estar lleno de vicios. El kirchnerismo puso de moda el término "empoderar" hasta convertirlo en una muletilla vacía de contenido. Pero es el voto el que nos otorga el verdadero poder, para correr de una vez por todas a quienes pretenden servirse de la cosa pública, para su propio beneficio. Es nuestro deber cívico utilizar esta herramienta lo mejor posible, para sacar adelante a la Argentina y para poder hacer realidad aquel mañana mejor que nunca llega.
La presencia de Milei en el acto de cierre de Adorni fue penosa, sin propuestas y con descalificaciones.
Es nuestro deber cívico utilizar el voto como la herramienta capaz de sacar a la Argentina adelante.
Máxima tensión. Milei y Macri enfrentados por el botín del electorado porteño.
#23318951 Modificada: 18/05/2025 01:57 |
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