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11/05/2025 Perfil.com - Nota
Un nuevo Papa sorprende
Nelson Castro
León XIV inaugura una etapa en la Iglesia Católica que ilusiona. Y que podría completar el legado de Francisco.
Un nuevo Papa sorprende al mundo. El estadounidense Robert Prevost se convirtió en el 267° Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. Fue elegido en un Cónclave rodeado de conjeturas e intrigas políticas con arduas negociaciones y otro mensaje para Latinoamérica; porque Prevost vivió y realizó la mayor parte de su tarea pastoral en Perú más allá de cualquier interpretación tirada de los pelos que implique un guiño hacia el país del Norte. El recién elegido papa León XIV ofreció su primer mensaje en el que dedicó unas palabras en español a Chiclayo, su querida diócesis. Había obtenido la nacionalidad peruana en 2015 y ese mismo año, el papa Francisco –a quien mencionó en su discurso recordando su voz “siempre valiente”– lo nombró obispo de esa ciudad que rápidamente lo adoptó como uno de los suyos. Su cercanía con Francisco es palpable, no sólo por su vínculo formal sino por una relación más cercana que supieron cultivar en Roma; ambos se reunían al menos una vez por semana e intercambiaban largas charlas pastorales. Es una señal de continuidad que haya sido elegido para un nuevo papado como jefe de la Iglesia. Invito al lector a sumergirse en la trastienda de un Cónclave tan esperado como apasionante. Lo primero que hay que decir es que la fumata blanca se hizo visible luego de cuatro rondas de votación de los 133 cardenales en el Vaticano. Esto implica cierta celeridad y consenso que resulta vital para contrarrestar la imagen de una Iglesia dividida que hubiera significado un proceso más duradero. Tras el fallecimiento de Francisco, todas las especulaciones estaban puestas en la profundización de la grieta entre el ala dura y el grupo más progresista de los cardenales. Esto quedó desarticulado prácticamente desde el principio y una ayuda providencial me ayudó a dar con los primeros indicios de este desenlace. Veamos. Era la una de la mañana del jueves 8 cuando me encontraba terminando mis tareas luego de salir al aire para Telenoche desde Roma. Una persona con atuendo religioso se acercó y me invitó a caminar diciendo que tenía algo para compartir conmigo: “Parolin va adelante con cuarenta votos y, en esta noche, habrá negociaciones intensas”. La fuente se refería al italiano Pietro Parolin, actual secretario de Estado que varias fuentes citaban como favorito de la Curia romana en abierta competencia con el cardenal filipino Luis Antonio Tagle. Sonaba el canto de las gaviotas mientras caminábamos por la Via della Conciliazione –que es la avenida que conduce a la Basílica de San Pedro– cuando sobrevino una segunda revelación: “El decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, omitió mencionar a Francisco en su homilía en la misa “Pro eligiendo Pontifice” considerada la antesala del Cónclave. No es casual. Definitivamente esto cayó muy mal entre los presentes” –sentenció. Efectivamente los cardenales que tienen simpatía por Francisco dentro del Colegio Cardenalicio son más que sus detractores. “Los conservadores apenas llegan a treinta y no tienen posibilidades de elegir ningún candidato –por ende– olvídese de Péter Erdó” –agregó en referencia al húngaro de doctrina dura y tradicional con fuerte aval europeo. El segundo día amaneció radiante. A las 10 de la mañana la misma fuente proporcionó nuevos vaticinios que posteriormente se cumplieron a rajatabla: —“Si esta mañana no hay Papa, habrá que descartar a Monseñor Parolin y comenzar a ponerle atención a otro cardenal que empieza con P. . ..” —¡Prevost! –atiné a decir. —No olvide ese nombre –replicó– y dijo con voz firme: “El Cónclave termina hoy”. Efectivamente, el humo negro del mediodía terminó con las chances de Parolin y amplió la expectativa a medida que avanzaba la tarde. Otras fuentes confirmaron a cuentagotas lo relatado por mi nuevo interlocutor que, a esas alturas, ya era para mí un enviado divino. Imagínense mi felicidad cuando escuché el nombre de Robert Prevost luego de la fumata blanca. Una mezcla de sorpresa y satisfacción que quedará en mi memoria para siempre. Pasaron muchas cosas durante el Cónclave. Hubo un gran lobby a favor de Parolín de parte de la prensa y del gobierno italiano. No solo de ellos. Grandes actores políticos de Europa jugaron el mismo partido. La mayoría de los cardenales detectó esta movida y coincidió con que no era el hombre adecuado por su falta de contacto con la gente y su falta de experiencia pastoral y parroquial. Así se elevó el nombre de Prevost, no por su origen estadounidense sino por su perfil y condición de misionero en Perú y su trabajo en favor de los pobres. Cada sector del establishment dibujará la interpretación que más le convenga; lo cierto es que –más pronto que tarde– aparecerán señales inequívocas que habrá que saber mirar y escuchar. La juventud volvió a decir presente en la Plaza de San Pedro. Los fieles le dieron la bienvenida a su nuevo guía. Así las cosas, una nueva página ha comenzado a escribirse en la historia de la Iglesia Católica. Una etapa que ilusiona y que podría completar el legado del querido papa Francisco. Que así sea.
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#22614076 Modificada: 11/05/2025 00:48 |
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