09/03/2025 Clarín - Nota - Sumario - Pag. 3

DEL EDITOR
Lijo y García-Mansilla, en el borde del abismo; Mauricio mete mano en el gobierno de su primo
Ricardo Kirschbaum rkirschbaum@clarin.com

Conmocionado por el criptoescándalo que alcanza de lleno a su núcleo vital, el Gobierno enfrenta hoy la posibilidad cierta de quedarse sin los dos jueces que metió en la Corte por decreto, enhebrando errores propios que han minado esa pátina de invulnerabilidad de la que se ufanaba la corte libertaria.
El anuncio del envío al Congreso de un Decreto de Necesidad y Urgencia con el futuro acuerdo con el FMI, de cuyos detalles se ignora, ha sido otro intento de retomar el control de la agenda y una respuesta a las inquietudes palpables del mercado.
El criptoescándalo tiene una dinámica que excede la capacidad del Gobierno para intervenir porque el centro de gravedad está fuera de su órbita: ya ha cobrado sus primeras víctimas y esas víctimas refieren al círculo áulico, ese que ahora Mauricio Macri denomina sarcásticamente "triángulo de plomo", dos de los cuales - Santiago Caputo y Karina Milei- son enemigos declarados del ex presidente.
Aquella defensa del "no sabía" y del riesgo del jugador del casino, que ensayó Milei, no han disipado esa fuerte sensación de estafa y de trapicheo de influencias que ha quedado flotando por los personajes involucrados y la cercanía de éstos con quienes gobiernan.
Como también existe la sensación de que el Gobierno dejará a Ariel Lijo y a Manuel García-Mansilla navegar a su suerte en el mar embravecido del Senado.
Un empinado funcionario del Gobierno, que sirve de enlace por haber servido allí, dejó en la Corte un mensaje claro: "No movemos más el dedo por nadie", es decir por Lijo y por García-Mansilla, quien acababa de votar en contra de que su coequiper del decreto entrara al Tribunal sin renunciar a su cargo de juez federal. Esa decisión de desentenderse la reforzó Guillermo Francos, al anunciar que no tienen un "Plan B".
El voto del académico fue una prueba de autonomía respecto del poder que lo llevó hasta allí y un gesto dirigido a los senadores que quieren cargárselo. ¿Sabía alguien del Gobierno de esta pirueta de nuevo juez supremo? Algunos se atreven a decir que sí, que Milei ya ha pagado suficiente precio por Lijo.
García-Mansilla había prometido en la Comisión de Acuerdos que no aceptaría entrar en comisión a la Corte en un decreto presidencial.
No la cumplió. Hay fuentes que dicen que en la comisión de acuerdos ya hay 9 votos para que su pliego vaya al recinto: allí lo esperan con el cuchillo entre los dientes, si es que consiguen quórum. No los anima tanto la oposición al juez como el rencor a Milei y su jugada.
El caso de Lijo es diferente. La resistencia del juez a renunciar a su cargo para entrar a la Corte se explica porque no tiene los votos suficientes o asegurados y porque, para decirlo con crudeza, su verdadera fuerza, la que utiliza para reunir voluntades, surge precisamente de las delicadas causas que tiene en su poder.
Realismo puro y duro: si abandona el juzgado, pierde su principal herramienta de negociación y de presión. Es la que lo llevó hasta aquí, aún a riesgo de que su pliego sea rechazado en el Senado. Se necesita quórum y 25 votos. Pero esa es una colina difícil de tomar. Inclusive, valga la paradoja, puede que Lijo pase y que el académico, que metió Santiago Caputo, se quede afuera.
El Gobierno ha presionado con aquella bravata: "Los dos o ninguno". Se probará si es cierto pero, aquí tampoco, no depende de su voluntad. Se creyó el relato de Lorenzetti- Lijo de que los votos estaban y quedaron ahora al borde del abismo.
Milei defiende sus éxitos -inflación en caída, superávit fiscal, reducción del Estado- porque cualquier variante que toque puede afectar su plan. Habrá que leer con atención qué dice el acuerdo con el FMI sobre la relación del peso con el dólar y cómo lo dice. Sobre todo cómo impedirán que los dólares que puedan llegar de Washington no se utilicen para contener la paridad.
La utilización del DNU fue un mensaje a los mercados, que muestran dudas, y una ratificación de una forma de gobernar con el Congreso de oyente. Milei teme que el Senado lo ponga a parir si el acuerdo con el Fondo depende de una sanción legislativa, como el FMI lo reclama con otras palabras.
Tampoco ha pasado desapercibido el embate libertario sobre el gobierno del PRO en la Ciudad. Los libertarios tratan a Jorge Macri con acidez porque en ese territorio el acuerdo ya es imposible: Mauricio Macri está cada vez más activo defendiendo ese capital. Ya tenía la Jefatura de Gabinete y la Secretaría Legal y Técnica, ahora forzó el cambio del jefe de Policía y empujó a Hernán Lombardi, un radical PRO con más volumen político y conocimiento público que sostuvo a Patricia Bullrich en la interna contra Horacio Rodríguez Larreta, para que accediera al Gabinete porteño. Hay quienes exageran diciendo que Mauricio le intervino el gobierno a su primo Jorge.
Exageraciones de la política local.w

Mauricio Macri está cada vez más activo defendiendo su capital político: la Ciudad.


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